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Los jóvenes tienen la palabra

El reciente encuentro departamental de jóvenes es un paso fundamental para el papel que en el futuro realice este sector de la población del departamento del Cesar. El pasado 29 de abril fue sancionado el nuevo Estatuto de Ciudadanía Juvenil, el cual es considerado como una oportunidad para que los jóvenes logren participar en la toma de decisiones que los afectan y la posibilidad de que sean reconocidos como “agentes de cambio”.

Así lo contempla la nueva Ley 1622 de 2013 (Ley de Juventud), que derogó a la Ley 375 de 1997, que cambia muchos aspectos fundamentales relacionados con los jóvenes. Entre estos se destaca que la nueva Ley establece roles, responsabilidades y generan claridades que permiten que el tema de Juventud sea tomado como una prioridad en la agenda pública de los gobernantes. Pasará de ser un tema invisible ante la opinión pública, a un asunto visible en el que los jóvenes tendrán voz e injerencia en las dinámicas sociales.

Por eso con este encuentro en el que los jóvenes de los 25 municipios del Cesar se reunieron para conocer la reglamentación del Estatuto de Ciudadanía Juvenil y la oferta que le ofrece el gobierno departamental, como el diplomado de liderazgo político, se dio un primer paso que es el inicio de un largo camino. Ahora las reglas son nuevas y es deber del gobierno departamental y de las alcaldías de los 25 municipios de socializarlas con los jóvenes cesarenses, para que esta región retome el liderazgo que hace varias décadas tenía la juventud vallenata y de otros municipios, que se destacaron por sus iniciativas políticas y sociales.

Esta nueva Ley crea el escenario propicio para que ellos asuman ese rol representativo que habían dejado perder, pues incluye la creación de políticas públicas enfocadas en el aumento de las oportunidades y capacidades, y la generación de los subsistemas, como son el institucional, de participación, de concertación, y de gestión del conocimiento, que finalmente son los que orientan el proceso de toma de decisiones para atender a los más de 12 millones de jóvenes que habitan en el territorio colombiano.

Además, aumenta el rango de edad por el que se define a los jóvenes, que pasa de 14 a 26 años (según la derogada Ley 375 de 1997) hasta los 28 años de edad, lo que represente una oportunidad para el aprovechamiento del bono demográfico, -el fenómeno que se da cuando la población en edad de trabajar es mayor que la dependiente (niños y adultos mayores), y por tanto, el potencial productivo y de desarrollo de la economía es mayor para un territorio-

Como es una ley reciente, que deberá ser socializada por todo el país bajo la coordinación del Programa Presidencial para el Sistema Nacional de Juventud, Colombia Joven, es oportuno que desde ya los Alcaldes y el Gobernador potencien a la juventud cesarense para que participen en todas las instancias nacionales de juventud, especialmente ahora la nueva ley también unifica la elección de los Consejos de Juventud y permitirá un control social más efectivo de los temas que les atañen a los jóvenes en los diferentes niveles del orden nacional.

Categories: Editorial
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