En el mes de abril, se anuncia con bombos y platillos la llegada del Festival Vallenato es justamente este mes, con la primavera colorida, donde todos nos ponemos en modo festival y nos dedicamos de tiempo completo a este magno evento, ‘folclórico-económico-cultural’.
Sin duda alguna las fiestas, el jolgorio y la felicidad de ser el epicentro mundial de un folclor hermoso no puede, bajo ninguna circunstancia, apartarnos de la realidad que vive nuestro país, el Cesar y Valledupar.
Hace unos días leía con asombro, un titular en EL PILÓN, 10 de abril de 2023; este medio importante de la región nos compartía “El contralor le cumplió a Ape Cuello”.
¿Cómo así, de qué tipo de cumplimiento estamos hablando? Cómo interpretar que un funcionario de alto nivel como el señor Contralor General, Carlos Hernán Rodríguez, realice nombramientos en la gerencia de la Contraloría General de la República y de paso también en la Contraloría Cesar y los contralores provinciales como respuesta a un favor.
Se habla de fichas de los congresistas como: Ape Cuello, José Alfredo Gnecco, Carlos Felipe Quintero y como fresa del pastel, del alcalde Mello Castro.
Y esto como retribución, según se puede observar y dicho por los medios, a los gestos de apoyo recibidos en el Congreso de la República, ¡hágame usted el favor!
Remitámonos a las funciones de las contralorías, en sus diferentes niveles: La Contraloría General de la República (CGR) es el máximo órgano de control fiscal del Estado. Como tal, tiene la misión de procurar el buen uso de los recursos y bienes públicos y contribuir a la modernización del Estado. Tal cual de la página de la entidad.
“En cumplimiento del artículo 119 de la Constitución Nacional, la Contraloría General de la República ejerce, en representación de la comunidad, la vigilancia de la gestión fiscal y de los particulares o entidades que manejan fondos o bienes de la Nación”.
“El organismo fiscalizador promueve la transparencia en el uso de los recursos públicos, mediante un proceso estratégico y focalizado en aquellas entidades y/o áreas de alto riesgo previamente identificadas”.
“La CGR vincula activamente a la ciudadanía en el control de la gestión pública y apoya técnicamente al Congreso de la República para el ejercicio del control político y el desarrollo de la función legislativa”.
Estas funciones, como deber ser, que en cascada vienen de la general hasta las regionales y locales, ¿serán igual de transparentes y dinámicas? Nos queda la duda.
Ahora bien, ¿qué tipo de control se puede hacer cuando a quienes nombran para controlar, están descontrolados y en duda su transparencia por deudas con favores y/o con dádivas?
Nos preguntamos también: ¿será acaso que uno de los apoyos técnicos al Congreso de la República es nombrar a los amigos y a los hijos de los amigos para saldar esas deudas, sin importar temas cruciales de corrupción en lo nacional, regional y local? Vaya usted a saber.
Vemos a funcionarios de los entes de control totalmente invisibles, mudos, desviando procesos y sin ningún interés de “promover la transparencia en el uso de los recursos públicos”.
Hay que ser muy descarados, señor contralor, y en este país del olvido crónico, sí que lo somos.
No hay derecho con esta payasada, y del actuar con severidad de control a los más pendejos. Sólo Eso.
Por Eduardo Santos Ortega Vergara