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En lo que te enfocas se expande

Los seres humanos aún no somos conscientes de la enorme capacidad que tenemos, la creación hizo de esta estructura llena de huesos, órganos, fluidos, nervios, músculos y agua un sistema perfecto que sigue siendo inexpugnable para la ciencia, y por más que la I.A (Inteligencia artificial) avance exponencialmente, jamás podrá llegar a superar la imaginación, el sexto sentido, las emociones y por supuesto los sentimientos. 

Pero más allá de lo puramente intangible frente a lo que nos diferencia de las máquinas, nuestro cerebro sigue y seguirá siendo el taller donde se crea y se plasma todo lo que nos rodea, incluido por supuesto la inteligencia artificial puesto que irónicamente fuimos nosotros los que la creamos y no ella a nosotros, y eso hay que dejarlo claro.

Napoleón Hill, en su fantástico libro ‘Piense y hágase rico’, dedica un fascinante capítulo a la imaginación y desarrolla una teoría sobre cómo las cosas suceden dos veces, primero en el taller creativo de nuestro cerebro y luego en el plano físico (Hill, 1937). Pero un sinnúmero de evidencias logran además demostrar que la forma como eso sucede es un completo misterio aún en nuestros días donde la ciencia, la tecnología y la investigación avanzan a pasos agigantados. 

El preámbulo lo hago para ambientar el eje central de este escrito, y tiene que ver con la capacidad consciente o inconsciente de entender los resultados que obtenemos de nuestra vida, sean positivos o negativos, puesto que de hecho todo lo que ocurre en nuestro entorno ha sido creado por nosotros mismos a raíz de la repetición constante, ya sea de todo lo que no queremos o de lo que realmente si deseamos; sin embargo, valga la pena acotar que el cerebro no reconoce la palabra NO y solo piensa en imágenes, por ende cuando repetimos ya sea en voz alta o en nuestros pensamientos una frase u oración de lo que no queremos para nuestra vida, el cerebro omite la palabra no y empieza a construir eso que acabamos de ordenarle que fabrique en tu mente, y una vez dada esa orden resulta muy complejo deshacerla, aunque hay muchas disciplinas que se encargan de entrenar la mente para el  éxito, seguimos creyendo que se encuentra en las aulas de las universidades.

Un ejemplo práctico de cómo actúa nuestra mente lo podemos demostrar con un pequeño ejercicio; detén un momento la lectura y busca el color rojo a tu alrededor, identifica todos los objetos de ese color ¿Ya lo hiciste? Te puedo asegurar que es tal la concentración que obtienes buscando el color rojo que puedes listar más de cuatro objetos rojos puesto que mientras haces ese ejercicio el cerebro bloquea algunas funciones que te permitan ignorar los demás colores por más evidentes y fuertes que sean a la vista, y esto debido a que solo está enfocado en encontrar aquel que le ordenaste buscar; ahora bien,  imagina que esto que acabas de hacer lo pudieses aplicar con tus metas, tus objetivos y lo que deseas para tu vida, te sorprendería el resultado. 

Si solo te enfocas en problemas, en pobreza, en violencia, en sufrimiento y en todo aquello que evidentemente no quieres para tu vida y que además lo refuerzas visualmente conectado a las noticias, a la invasión de los contenidos de redes sociales que sustentan su existencia en todo aquello que genere impacto y en el entendido que las malas noticias son las que mayor difusión tienen, ya puedes tener un panorama sobre lo que tu sistema reticular ha activado (Otro misterio para la ciencia) empieza a fabricar para ti. A propósito del sistema reticular activado que junto a la glándula pineal constituyen un dúo poderosísimo, quiero dejarte como reflexión que ambos se nutren de lo que te alimentas, y no solo me refiero a lo que ingieres por la boca sino a todo lo que tus ojos y tus oídos consumen.

Ya teniendo esto claro ¿Qué tipo de vida te gustaría llevar? ¿Qué objetivos trazarías para cumplir? ¿Qué tipo de personas quieres para tu vida? Todo lo anterior es absolutamente posible siempre y cuando así lo desees. Ahora, si una sola persona puede construir individualmente un mejor futuro ¿Te imaginas lo que 517 mil personas podrían hacer por su entorno y por su hábitat? Y finalmente recuerda siempre “La mente cree lo que ve y ve lo que cree”.

Por Eloy Gutiérrez Anaya

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