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Licor adulterado o de contrabando, malo por lado y lado

El consumo de licor adulterado y de contrabando es un atentado contra la salud desde cualquier punto de vista. Miles de personas en el mundo se exponen en esta época de fiestas al consumo de bebidas que no cumplen con las medidas sanitarias y no pagan los impuestos que solo garantizan los licores estampillados.  Así, además del consumidor se atenta contra el financiamiento de la salud, educación y deporte, que se nutren de este rubro. 

Por la cercanía con la frontera con Venezuela, históricamente el Cesar ha sido uno de los departamentos más permeados por la comercialización de licores y cigarrillos de contrabando. La semana anterior, las autoridades de este departamento destruyeron 15.980 unidades de cigarrillos y licor de contrabando que habían sido incautados  en lo corrido del presente año, los cuales estaban avaluados  en aproximadamente $115 millones.

Se trata de una lucha incansable entre quienes encuentran en el contrabando una forma de dinero fácil y las autoridades que se esfuerzan por resguardar la salud de los ciudadanos y el recaudo de las oficinas de rentas departamentales. 

Destacable el trabajo del equipo del subgrupo de fiscalización operativa de la oficina de Rentas del Cesar, en articulación con la Policía Fiscal y Aduanera, pero los operativos de control no logran cortar todos los tentáculos de un negocio que se expande por todo el territorio nacional, con más vigor en la época decembrina que se dispara el consumo de licores. 

Para que los controles resulten efectivos debe haber un compromiso de todos, incluidos los distribuidores, que se deben privar de surtirse de mercancías de dudosa procedencia, sin los requisitos de ley, deben evitar las onerosas sanciones, pero lo más importante es cuidar a sus clientes. Aunque también es importante, pasa a un segundo plano el recaudo de los dineros que llegan a las arcas de los departamentos para ser redistribuidos en salud, educación y deporte. 

Para esta poca corren los ríos de whisky y aguardiente por las carreteras, cargamentos de licor camuflados en vehículos particulares y de servicio público. Aunque en los puestos de control actúan las autoridades, lo ideal es que las personas tomen conciencia de que la cultura de ilegalidad atenta contra nuestra salud por el lado que se le mire. 

Si usted que nos está leyendo compra licor debidamente estampillado tenga en cuenta que no es suficiente aporte para solucionar el problema, lo ideal es que al comprar legal se destruyan las tapas, estampillas y etiquetas para que no sean reutilizadas por los adulteradores y contrabandistas.

Exhortamos a nuestros lectores a que si van a tomar licor lo hagan de manera prudente, a que entreguen las llaves y compren legal por su salud y por la de los demás ciudadanos. ¡Felices fiestas!

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