X

Las madres, pioneras en la comunicación en toda ocasión

FOTO/ESTEFANY ROJAS.

El escritor Colombiano Gabriel García Márquez manifiesta: “La relación con mi madre es la más hermosa que he tenido en toda mi vida”. Este pensamiento universal se tiene en cuenta en el mes de la Madre, porque la comunicación con este ser maravilloso que son las mamás debe estar cimentado en el diálogo permanente que reduce las tensiones, suaviza los conflictos, para que los hijos no se extravíen en el desierto de la soledad, porque el amor verdadero es respetuoso, enseña a amar de verdad con fe en Dios, a luchar sin perder la esperanza, sobre todo en esta época de cuarentena por el coronavirus.

Lee también: Día de la Madre en el Cesar: marcado por la desobediencia y los violentos

El Día de la Madre se remonta a la Grecia Antigua en honor a la diosa ‘Rea’ quien fue la madre de los dioses Démeter, Hades, Poseidón y Zeus. La mayoría de los países festejan este día en el mes de mayo y se recuerda a Ana Jarvis, de Philadelphia, Estados Unidos, quien creó la asociación internacional “Día de la Madre” como un homenaje a la muerte de la mamá de ella, quien falleció el segundo domingo del mes de mayo de 1907.   

COMUNICAR BUEN HUMOR

Las ‘Madres Pioneras’ en comunicación en esta cuarentena y en todo momento, siguen siendo comprensivas, saben escuchar, con sencillez se ubican en el lugar de los hijos sin aferrarse tercamente a sus propias ideas e intercambian opiniones, los dejan actuar independientemente porque son las más firmes creyentes en un futuro amplio, feliz y promisorio para ellos; sin importar qué lejos estén, siempre les proporcionarán confianza, seguridad en los momentos más tristes y difíciles porque son los seres humanos con más oficios en el universo: amas de casa, maestras, enfermeras, médicas, periodistas, ingenieras, consejeras, psicólogas, confidentes, todo reunido en la palabra mamá.

La interacción de las madres es tan fuerte que ofrece los más reconfortables abrazos del mundo y ahí caben todos los hijos debido a que personifica el amor, el perdón, la paciencia para dar sabios consejos, para leer hermosos cuentos donde hacen de hadas madrinas velando sus sueños, dando el último beso, esperando el sonido tranquilizador del último hijo en llegar a casa para poder dormir felices; escuchan con atención a sus hijos y solo cuentan lo bueno de ellos así los corrijan permanentemente en casa; tienen una forma sana de enjuiciar sus hechos porque son conscientes que una buena comunicación,  en esta difícil etapa de aislamiento, perfecciona las relaciones, limando  las asperezas.

Te puede interesar: ¡Quinceañera cumplió su sueño!

Las madres también deben comunicar buen humor porque es un modo de amar y ser amadas. Una madre malhumorada no se hace querer. El buen humor brilla donde hay paz interior, sana alegría y capacidad para reírse de sí mismas.

Con buen genio se le pone más vida a los años y más años a la vida. Con amor y sencillez se logra dominar el enfado, el aburrimiento, el encierro en esta pandemia. Reírse es buenísimo, es el mejor remedio para animarse y no tiene contraindicaciones porque el entusiasmo humorístico debe  ser el elemento trascendental en todos los ámbitos de la vida  social de una madre para poder ofrecer a los hijos energía y optimismo convirtiendo el entorno familiar en el centro de las buenas vibraciones como la chispa para vivir felices y en armonía.

No dejes de leer: Vallenatos siguen saliendo a las calles violando las normas

Finalmente se tiene en cuenta el pensamiento del filósofo Alemán Inmanuel Kant, quien manifestaba: “Al tratar a una mujer… recuerda que es una mujer quien nos trajo al mundo”. Este pensamiento se retoma porque la maternidad es la etapa más bella y plena en la vida de las madres, que hacen sacrificios por sus hijos que son su mayor tesoro, ofreciendo actos de amor que son innatos, que salen de lo más profundo de su corazón como un faro de luz en la oscuridad, para que sigan luchando por su proyecto de Vida, que los hará brillar y así recordarán el puente de comunicación que los motivó a leer un buen Libro, a tener autoestima elevada y a ser exitosos siempre, adaptándose a las dificultades, con la certeza que, con fe en Dios, vendrán épocas mejores.

Por: Librada Nieto de Torres.

Periodista: