“…En una calle de Tamalameque dicen que sale una llorona loca, que sale por aquí, que sale por allá, con un tabaco prendido en la boca…”. En la década de 1960 el compositor José Benito Barros escribió la canción ‘La Llorona Loca’, en la que recoge la tradición oral de los ancestros con base a una de las leyendas más antiguas que se han contado en Colombia y otros países como México.
En Tamalameque, la historia de La Llorona Loca se remonta a hace más de 400 años cuando una joven perteneciente a una familia adinerada se enamoró de un hombre y quedó embarazada. Según la leyenda, la mujer ocultó su embarazo por cerca de seis meses, sin embargo, al someterse a un aborto el bebé fue expulsado completo y con signos vitales.
Lee también: El jinete sin cabeza: la leyenda que causó terror en el Cesar y La Guajira
“El abuelo le narraba la historia de La Llorona Loca y la joven como estaba enamorada se iba a ver con su novio y salió embarazada. Ocultó su embarazo con corsés y vestidos anchos, pero llegó un momento en el que no pudo ocultar más la barriga y se fue para una pitonisa, quien le dio unos brebajes que hicieron que la muchacha comenzara a hacer su trabajo de parto para abortar. Se fue para el caño Tagoto y el niño salió vivo. En su afán de ocultar todo lo que había hecho tiró al bebé al caño bajo la luz de la Luna”, narró Olga Rojas Trespalacios, gestora cultural de Tamalameque a EL PILÓN.
La joven estuvo tres días desaparecida y al ser encontrada fue encerrada por sus familiares en un cuarto para que “pagara por lo que había hecho”, perdiendo la cordura y ahogándose a las semanas en el mismo caño donde tiró a su hijo recién nacido. “Con la luz de la Luna veía el reflejo del niño en las aguas del caño, se lanzó a cogerlo y ahí se ahogó”.
“Las abuelas decían que cuando las mujeres parían y no se mandaban a limpiar le caía la purga. Ella enloqueció y apareció a los tres días. Los papás la encerraron en un cuarto y le decían que tenía que pagar su culpa por lo macabro que había hecho. Le dieron una camándula para que rezara y pagara sus culpas encerrada, pero enloqueció”, dijo.
Cuenta la leyenda que, en los meses de noviembre y diciembre, La Llorona Loca sale por las calles de Tamalameque a buscar a su hijo perdido emitiendo un llanto desgarrador que espanta a la comunidad.
El grito lastimero de La Llorona Loca
Otra de las historias sobre esta leyenda que se tejen en las calles de Tamalameque es la de una mujer que se vestía de La Llorona Loca para ahuyentar a las personas que transitaban por el Callejón del Peligro. Al parecer, es oriunda de Pailitas y aún está con vida.
“El Callejón del Peligro comunicaba a la calle principal de Tamalameque. Una mujer para pasar por ese lugar y que no la vieran se ideó un plan de conseguir un cuero de vaca. Se lo ponía debajo de su ropa, que eran vestidos anchos de la época, agarraba una sábana blanca, camándulas y un tabaco, como antes salía el espanto de la Luz Corredora, pegaba un grito lastimero de La Llorona en el callejón y la gente salía corriendo”, narró Olga Rojas.
Te puede interesar: Se disfrazó de ‘La Llorona’ para asustar a los vecinos: casi la matan
Una noche, el compositor José Benito Barros estaba parrandeando con los hermanos Pantoja, músicos de Tamalameque, y escucharon el lamento de la mujer, saliendo despavoridos y quedando despejado el Callejón del Peligro por donde ella transitaba con frecuencia. Al regresar se llenaron de valor y lograron atraparla. Fue en ese momento cuando descubrieron quién era la persona que se hacía pasar por un espanto.
“Ellos decían que compraron botellas de ron para cazar a La Llorona porque se iban a dar cuenta sí era o no un espanto. Comenzaron a tomar y llegó el momento que tenía que pasar por el callejón. Al encontrarse con el maestro José Benito Barros y Los Pantoja la mujer pegó el grito lastimero, causando que se asustaran. Empezaron a gritar: ‘Allá viene, allá va’ y como traía ese mechón pensaban que era la Luz Corredora. Del miedo se fueron, pero de regreso se llenaron de valor y la agarraron. La señora pidió que no dijeran quién era y le guardaran el secreto. Antes de morir, uno de ellos dijo que era una señora que vivía en Pailitas la que se hacía pasar por La Llorona Loca”, contó Olga Rojas.
¿El espanto de La Llorona sigue en Tamalameque?
Olga Rojas señaló que algunas personas han manifestado que en los últimos meses han escuchado el espanto de La Llorona en Tamalameque y poblaciones cercanas, sin embargo, asegura que podría tratarse de “almas del purgatorio que están vagando”.
Más de 40 años personificando a La Llorona
Olga Rojas Trespalacios es una gestora cultural del municipio de Tamalameque, Cesar que tiene más de 40 años personificando la figura de La Llorona Loca en esta población, leyenda que inspiró la canción del maestro José Benito Barros que ha sido grabada por Los Hermanos Zuleta, Checo Acosta, Juan Piña y Bovea y sus Vallenatos en varios géneros musicales como porro, vallenato y cumbia.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/EL PILÓN.