La culminación de la novela de Rafael Orozco Maestre, uno de los cantantes de vallenato más importante y querido por los colombianos, abrió nuevamente la herida sobre su muerte y trajo consigo interrogantes que quedaron tras su asesinato, ocurrido el 11 de junio de 1992 a las afueras de su residencia en Barranquilla, Atlántico.
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Según las investigaciones realizadas por las autoridades, eran casi las 10:00 de la noche del jueves 11 de junio de 1992 cuando el artista salió a la terraza de su casa a recibir a dos músicos de Diomedes Díaz, cuando de un momento a otro un hombre se acercó y le disparó en diez oportunidades, impactando nueve proyectiles en varias partes del cuerpo del cantante.
Tras escuchar los disparos, su esposa Clara Cabello salió de la vivienda y vio el cuerpo de Rafael Orozco que yacía tirado en el suelo. El artista fue trasladado hasta una clínica de la ciudad donde confirmaron su fallecimiento.
La muerte del cantante desencadenó un profundo dolor en sus familiares, amantes del vallenato y sus fanáticos, quienes aún lo siguen recordando y entonando canciones como ‘La creciente’, ‘Solo para ti’, ‘Enamorado de ti’, y ‘Relicario de besos’, entre otras.
Aunque todavía se desconocen los motivos que desencadenaron la muerte del artista, las investigaciones apuntaron a que se trató de un crimen pasional ordenado por José Reinaldo Fiallo Jácome, alias ‘Nano’ Fiallo, quien pertenecía al cartel de la Costa Atlántica, organización al margen de la ley dedicada a producir y distribuir drogas en la región Caribe. Fue su escolta ‘Tato’ quien disparó el gatillo.
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Además, según las investigaciones, el crimen fue motivado por la relación extramatrimonial que Rafael sostenía con María Angélica Navarro, que por esa época tenía una relación con Fiallo. Se decía que Rafael Orozco le había quitado la novia al narcotraficante.
Otras de las hipótesis es que la muerte del cantante habría sido por problemas con el narcotráfico. Según una publicación de la Revista Semana de 1993, una fuente habría entregado detalles sobre la muerte de Rafael Orozco.
De acuerdo con lo publicado por el medio de comunicación, “Rafael Orozco llevaba cuatro años trabajando con el cartel de la costa”. “Era uno de los mejores lavadores de dólares. […] Cada vez que salía del país, especialmente a Estados Unidos, se llevaba su colección de acordeones. Eran 12 en total. Allá los desarmaba y los rellenaba de dólares que luego entraba al país sin ningún misterio, pues era un ídolo y nadie lo molestaba”, agregó.
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Según el testigo citado por la revista, el cantante habría pedido más participación en el negocio, lo que habría incomodado al cartel. Además, manifestó que al parecer Rafael Orozco se había quedado con un dinero de los narcotraficantes.
El artista fue sepultado en Barranquilla en medio de una multitud que lloraban al ídolo y la gran revelación del vallenato.