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La vida o la muerte, eso definiremos este domingo

El palo no está para cucharas, reza el adagio. El próximo domingo tendremos que decidir cuál corriente del pensamiento regirá los destinos del país, nunca quizás, la disyuntiva entre un SÍ o un NO, se había planteado. El SÍ encarna el cambio y lo representan Gustavo y Francia; el NO es el statu quo a cargo de Rodolfo y su fórmula. El SÍ es la vida, el NO es la muerte. Vivir no es solo  cumplir las funciones biológicas, es participar de democracia plena, es gozar de justicia social y equidad, es sentirse bien representado, es no tener que participar en una guerra fratricida, es tener el derecho a vivir sabroso.

El SÍ implica respeto constitucional, transparencia, dignidad, pulcritud, empleo, agroindustria, medio ambiente, agua, tierra, salud, educación, vías, ciencia, emprendimiento, oportunidades, transparencia, eficacia, seguridad, racionalidad y paz. El NO es presidencialismo monárquico, arbitrariedad, irrespeto al equilibrio de poderes, gendarmería, atropello policial, desalojo, irracionalidad, desviación de recursos, favorecimiento contractual, para-estatismo, usufructo, despilfarro, narcotráfico, glifosato, corrupción, minería, fracking, deforestación, endeudamiento, importación de alimentos, destrucción del agro, agotamiento del agua, desnutrición infantil, déficit fiscal, surgimiento de grupos ilegales armados, asesinato de líderes sociales, empoderamiento de las mafias. El NO rehúye el debate, el SÍ lo propicia. Respaldan al SÍ la Colombia profunda aún no alienada, académicos e intelectuales, irredentos, muchos artistas y cineastas, los excluidos, los nadie, la juventud y todos aquellos sectores que han perdido la esperanza. 

Están por el NO los que no quieren el cambio, contratistas del Estado, los que nunca han trabajado y viven de las canonjías y del contubernio, los mafiosos que tienen articulaciones con el establecimiento, para quiénes perder estos privilegios es de vida o muerte. Estas son las bases de la decisión. 

“El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga” y hay del que se equivoque, “será el llorar y crujir de dientes”. ¿Quién ganará? Si todos hiciéramos una mirada crítica del país, si el proceso electoral estuviera por encima de toda sospecha, que no existiera constreñimiento electoral ni compra de votos, sin duda ganarían GP y FM. 

Nunca había presenciado tantos trucos y vilezas en una campaña electoral, la manipulación es abrumadora, los resultados inducen al voto útil en beneficio del candidato del gobierno que nos anuncia un “estatuto de seguridad” como el de Turbay, mediante el cual fue reprimido Petro; esto no debe volver a pasar. Por el desayuno se conoce el almuerzo y esto es lo que ofrece RH. Para los países civilizados decidir por el NO es una vergüenza internacional. 

Las oportunidades son calvas pero ya llegaron; sería un crimen que a un hombre probo, ilustrado como pocos, que ha liberado una lucha frontal contra la corrupción y el paramilitarismo por muchos años, inmerso en el conocimiento de las cuestiones públicas y que hace las propuestas adecuadas para el momento que vivimos, se le arrebatara el derecho de rescatar a Colombia de las mazmorras con procedimientos torticeros. 

No es justo que este país tenga dueños que decidan quién debe morir y a quién excluir como si fuera un feudo; se hace necesario romper esas cadenas en las urnas, necesitamos mejor suerte.  No es justo que se banalicen los pecados de un atípico y sociópata candidato solo por atajar a alguien que terminaría las fechorías a las que nos han acostumbrado. Rodolfo no es un aspirante presidencial, es un cazabombardero que combuste con los lixiviados del basurero de Bucaramanga. NO más violencia y muerte, SÍ a la vida.   

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