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Felices las cuatro

 Es imposible no hablar de ellas, y menos en tiempos de elecciones, o en cualquier otro tiempo. Sin ellas es aburrido hablar, a pesar de la fama de habladoras que tienen. Los recientes estudios dicen que un hombre piensa en mujeres, al menos 50 veces al día en promedio, igual ellas piensan en modas y cosas más interesantes que los hombres, según el mismo estudio. 

Hay nombres de mujeres colombianas que ocupan lugar en nuestra cultura, historia, arte y ciencia por decir algunas cosas. Desde Policarpa Salavarrieta hasta Sonia Osorio, desde Ángela Restrepo a Leicy Santos y las indispensables de la antigüedad, Penélope, Cleopatra, Elena, Agripina, Safo, hasta ayer Coco Chanel, Virginia Woolf, Frida Kahlo o Rosa Parks, mejor dicho, hasta la última aspirante a la rectoría de la UPC hasta llegar  a la jovencita Natalia Linares González que hace rato los periodistas deportivos le quitaron el apellido de su bonita madre. El tema femenino es largo, sabroso, incompresible, notorio y real. Y bello!

Algunos nombres por la actualidad del tema, están de moda, algunos hasta el lunes entrante, otros seguirán por cuatro cortos años. He preguntado a varios amigos y contertulios sobre con cuál de los nombres siguientes quisieran pasar una noche. Aclaro que es una noche, no necesariamente encamado, pues algunas ya no están para esos trotes, pero puede ser conversando, bailando, contando cuentos, planeando cosas, y catando vinos. Si ocurren otras cosas, ambos serán responsables a futuro.

Marelen Castillo y Socarro Oliveros, candidata a vicepresidente y esposa de Rodolfo Hernández respectivamente, Francia Márquez y Verónica Alcocer en la misma afinidad, pero del candidato Petro Gustavo. El genial Daniel Samper Pizano, en dos de sus recientes libros, “Camas y famas y Parejas disparejas” nos da lecciones al respecto. Pueden leerlos. Pero vamos al grano, ya por edad, ninguna de ellas sufren acné que los costeños seguimos llamando granos.

 Marelen, es catedrática de la Universidad Minuto de Dios, por lo tanto, su formación, que ya es grande, tiene su hilo de espiritualidad, los temas de educación por tanto tiempo terminan cansones porque son más planes que realidad, entonces para catar vinos de seis a seis, recuerden que la noche será de doce horas y con temas casi de monjas hay que romper mucho hielo. Con doña Socorro el tema será eminentemente de triunfos empresariales, para quienes no tenemos ideas de construcción nos parecerá material de arrastre, el tema, no la señora. Además, Socorro es un nombre masculino que entre otras cosas es obligación prestarlo a los bomberos, señores estos que por barrigones toca cambiarlos según dijo Hernández, pero también tengamos el tema en cuenta en caso de peligro o necesidad. Auxilio, Socorro, el tanque o el chorro, decían en mi niñez.

Con Francia podíamos pasarla sabroso,  entre otras cosas inició su vida reproductiva muy joven, no conocemos las circunstancias, pero siempre  la raza afro la asociamos con el fuego en todas partes y eso suma ventajas, a  los enamorados por lógica les gusta la oscuridad, de ahí la frase  de que el amor es ciego, pero aún es la oscuridad sabe lo que busca. Entonces a Francia hay que encontrarla. 

Nos queda Verónica, viene de tierra sabaneras, y en los toros su nombre significa un lance o suerte efectuado sujetando el capote con las dos manos, toca advertir que es con las dos manos, como se  debe abrir la botella de vino, si es que usted prefiere la bebida para las doce horas. 

Para los amantes de las revistas de belleza, la señora Alcocer presenta algunos requisitos, clara de piel, cabello suelto, sonrisa clara, ojos verdeazules y por costeña debe bailar muy bien. Si Gustavo olvidó a dos mujeres anteriores, debe tener buen tumbao, pretexto que le sirvió al candidato para comprobar que  es del Caribe. Escojan entonces, no quiero verlos pendiendo socorro en un castillo de Francia por no saber coser. Digo Alcocer. Decidan bien, es una sola noche. Saludos.

@edgardomendoag

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