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La triste historia del salario mínimo en Colombia

Cada año, el gobierno nacional sucumbe ante los gremios de la producción cuando de fijar el salario mínimo mensual, SMM, se trata; es la misma película que vemos en todos los diciembres. El argumento siempre es que los salarios tienen alta incidencia en los costos de producción; el gobierno y los gremios, han establecido un parámetro a partir del cual estos aumentarían la inflación pero sin decir que el mayor poder adquisitivo aumenta la demanda y que la demanda agregada tiende a equilibrarse y arrastra el crecimiento. Otro argumento es que a mayores salarios más desempleo e inflación; el truco es que el empleador busca que sean los asalariados los que asuman los costos de esta y el gobierno acolita.

¡Sofismas económicos! En economía las relaciones entre todas las variables macroeconómicas están calculadas. Algunos investigadores sociales han determinado que cuando los salarios suben 10%, los costos totales de producción apenas crecen 0.61% para unos y 1.44% para otros (elasticidades).

Para la Encuesta Anual Manufacturera los costos laborales solo representaron el 7.84% de la producción bruta, (2007), esto es más del 92% de estos se deben a otros factores, tales como políticas arancelarias, tasas de interés bancarias, precios de los insumos primarios, etc.

Además, se sabe que el estancamiento salarial aumenta la brecha; esto lo acaba de demostrar Piketty en su obra ‘El Capitalismo en el Siglo XXI’. Esto se sigue dando; según la OIT, en Europa, las rentas de trabajo han perdido 5.2 puntos entre 2009 y 2012 mientras que las rentas de capital crecieron 3.6 puntos. Y agrega, en los países desarrollados la productividad creció, desde 2009, 5.3% mientras que los salarios crecieron 0.4%. Igualmente, la OIT anota que los salarios de los países en vías de desarrollo crecieron 6.7% en 2011 y 5.9% en 2012, lo que muestra una concentración de capital y el deterioro de los ingresos laborales. La evolución del SMM en Colombia, es raquítica; en 2000 fue de $260.100 y para el 2015 se fijó en $644.350, con un crecimiento nominal anual promedio de 6.23%; pero a precios constantes de 2006, el SMM solo creció 1.2%/año, mientras que, en promedio, el IPC creció 2.07%. Esto significa que existe regresividad salarial. En términos reales, un peso de 2015 solo vale 1.9 veces el de 2000 (15 años después). Un aumento de $28.00, dado por decreto para el 2015, es un confinamiento hacia la miseria. Esto se agrava si sabemos que el 10% de nuestros asalariados gana menos de $108.000/mes.

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Luis_Napoleon_de_Armas_P.: