Si valoramos con sosiego la ejecución de recursos públicos para construir el parque de la Leyenda Vallenata y contrastamos con la realidad de la ejecución, celeridad, terminación, puesta en funcionamiento y utilidad de muchas de las obras públicas que en años recientes o en la actualidad hemos visto adelantar en el país, tanto en el nivel territorial o nacional, podemos concluir que en las obras que se llevaron a cabo en el parque desde sus inicios hubo supervisión.
En primer lugar, decir que el proyecto del parque de la Leyenda Vallenata fue concebido desde su inicio en dos fases y que el plazo de construcción de sus dos etapas vencía el 14 de agosto de 2010.
Lo segundo es destacar que de la sola revisión del contrato de aporte celebrado entre el municipio de Valledupar y la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, el 24 de agosto de 2001, por $4.411.613.250, y del contrato de aporte suscrito por el municipio de Valledupar y la Fundación el 20 de junio de 2002, por valor de $2.262.033.600, para la construcción de la primera fase del parque de la Leyenda Vallenata, así como de obras de tipo cultural dentro de este, encontramos una ejecución sin contratiempos y soportada gasto por gasto en el contrato de obra y el de interventoría.
De hecho, quienes conocen el parque, sin necesidad de ser ingenieros civiles o de profesiones afines, evidencian las obras y no les es difícil reconocer la calidad de las mismas.
En tercer lugar, es importante señalar que la entrega de los recursos por parte de la Alcaldía de Valledupar a la Fundación para la construcción del Parque fue producto de los recursos suministrados por la Comisión Nacional de Regalías, mediante convenios interadministrativos suscritos con el municipio de Valledupar. Convenios posteriormente liquidados y donde se hicieron los ajustes económicos pertinentes.
En cuarto término, y con la intención de complementar las obras del Coliseo ‘Cacique Upar’ del parque, no se debe obviar que se dio una inversión de recursos por parte de Fonade, provenientes del Ministerio de Cultura, como apoyo para la construcción del parque de la Leyenda Vallenata, mediante el convenio interadministrativo del 17 de diciembre de 2004, donde se aportaron recursos por la suma de $1.964.518.808, recursos invertidos de manera directa por Fonade.
Cuánta tranquilidad da el hecho de que el parque se construyó y los recursos de origen público allí están materializados. ¿Cuántas obras públicas, financiadas con recurso públicos, y aunque se vea mal redundar, con recursos públicos como los de regalías, son un verdadero fiasco?
La del parque de la Leyenda Vallenata es una obra que en su ejecución no fue irregular, en eso Consuelo Araújo Noguera, desde los inicios de la obra, marcó una pauta, la de un rol de supervisión riguroso de la ejecución de las obras y del manejo de los recursos públicos. Una pauta en la que no hubo ambigüedad. Falleció en el 2001 y la pauta durante los años de ejecución de las mencionadas obras se mantuvo.
En una nota editorial de EL PILÓN, publicada el 7 de agosto del año anterior, para referirse al parque de la Leyenda Vallenata, señalan: “En los trabajos del escenario musical, la Cacica actuaba como una real interventora con el fin de que la plata rindiera al máximo”. Por lo visto, tal cual.