Este domingo comienza la Semana Santa, que en esta oportunidad se celebrará a puerta cerrada, sin procesiones y con misas virtuales debido al aislamiento preventivo para evitar el contagio y la propagación del Covid-19.
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Esta tradición religiosa este año tampoco tendrá en Valledupar un espacio en la Plaza Alfonso López para que los feligreses degusten la variedad de sabores que ofrecen las dulceras de la ciudad en esta temporada, sin embargo, este arte culinario llegará hasta los hogares de los vallenatos por medio del servicio a domicilio.
El consumo de dulces durante esta fecha se remonta a siglos atrás cuando en el periodo de la Cuaresma los cristianos tenían prohibido comer ciertos alimentos desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos, en este tiempo los devotos debían realizar actos de sacrificio como el ayuno y la abstinencia.
Por lo tanto, lo único que estaba permitido consumir en pequeñas cantidades eran aquellos productos hechos a base de huevos, leche, miel, harina, o algún alimento que aportara energía durante el día, fue así como inició la costumbre de elaborar dulces caseros para la época de la Semana Santa.
El municipio de Valledupar no ha sido ajeno a esta tradición, pues desde el año 1996 le viene entregando a sus habitantes y turistas una diversidad de sabores en la Semana Santa, con las más de cien dulceras que se ubican año tras año en los costados de la Plaza Alfonso López para mantener la tradición.
Así lo cuenta Rita Lúquez, conocida como ‘La matrona de los dulces’, quien este año en compañía de cinco dulceras optaron por llevar esta delicia gastronómica hasta la puerta de las casas para prevenir el contagio de coronavirus: “Vamos a vender los dulces a domicilio porque ya habíamos comprado materiales para elaborar los dulces, entonces cinco o seis personas que son las que más tienen producción lo harán. A algunas les da miedo por el temor de que se les pierda el trabajo hecho”.
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Lúquez inició este proyecto con tan solo dos mesas en el primer mandato de Elias Ochoa Daza, y a la fecha ha logrado concentrar a más de 100 personas entre hombres y mujeres dedicados a la producción de dulces.
“En tiempo normal habían 80 puestos o sea 170 mujeres porque cada puesto equivale a dos personas, pues ahora teníamos el grupo mío y como los de la alcaldía estaban recibiendo a otros, entonces a esas personas se les da su puesto allá. Este año íbamos a tener 103 o 104 puestos”, contó la mujer que le ha dedicado mas de 40 años a la preparación de estas delicias gastronómicas que le endulzan la vida a los visitantes de esta feria.
Según ‘La matrona de los dulces’ la ausencia de las dulceras en la Plaza Alfonso López no impedirá que los comensales puedan deleitarse con el sabor de los dulces más apetecidos como por ejemplo el de plátano maduro, coco con leche, leche cortada, ñame, grosella, piña con coco, entre otros, ya que serán comercializados mediante el servicio de domicilio por un valor desde 5.000 hasta 10.000 mil pesos, todo dependiendo de la cantidad que el consumidor desee.
“No se venderá el vasito como se hace en la Plaza Alfonso López, porque no se puede y todos los dulces estarán perfectamente empacado”, dijo Lúquez.
Asimismo indicó que estos dulces que conservan los ingredientes de sus ancestros ya están disponibles para su consumo y sin conservativos, puesto a que los únicos conservantes usados en su preparación son: limón, bicarbonato y vinagre blanco.
“Un dulce puede durar hasta un año, pero hay unos como el ñame, el trifásico que no se pueden guardar sino máximo ocho días porque no se conservan bien”, aclaró la dulcera, quien también informó que se venderán dulces duros como blandos.
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Lúquez quien durante esta temporada de cuarentena se ha dedicado a dictarle a sus alumnas un curso virtual de Manipulación de Alimentos y Dulces Llamativos en alianza con el SENA, contó que su gusto por la repostería inició desde niña cuando observaba a su abuela preparar dulces: “Yo aprendí con mi abuela que era quien los hacía, mi papá no me dejaba acercarme al fogón y me quedé con esa inquietud, entonces seguí la tradición y comencé con dos mesitas y año tras año fueron más mesitas”.
La fundadora de este proyecto que ya tiene 24 años de estar llevándose a cabo en la ciudad de Valledupar, asegura que la tradición de comer dulces en Semana Santa permanece día a tras día porque anualmente crece el número de visitantes a la Feria del Dulce.
“La tradición estaba muy perdida porque ya la gente no hace dulce en la casa y allá van muchas personas de edad y yo les pregunto por qué no hacen dulce y dicen que ‘eso daba flojera’. Me dicen muchas cosas pero se venden muchos porque la gente manda dulces para todas partes”, comentó Rita Lúquez.
‘La matrona de los dulces’ junto con sus compañeras seguirá llevándoles sabor a los hogares vallenatos en una Feria del Dulce a domicilio, como un compromiso de amor y respeto por quienes esperan con ansias esta fecha para darle una explosión de sabor a su paladar.
Por: Luz Andrea Gómez Brito
luzandreagomezb@gmail.com