X

La salud: prioridad actual

Me llamó la atención la circulación en las redes sociales de cuatro fotografías: una en Londres, otra en parís y la otra en Madrid, donde pude observar sitios que eran bastante concurridos, hoy completamente desolados y la cuarta en Colombia, donde se observan en una discoteca más de cien personas bailando y divirtiéndose, indiferentes, sin tener en cuenta que la aglomeración de personas propicia la propagación de este apocalipsis viral.

Con la vigencia del estado de emergencia, fundamentado en el art. 215 de nuestra Carta Magna, el gobierno nacional emitirá una serie de decretos con fuerza de ley para enfrentar esta situación con medidas económicas y sanitarias. Muchas personas, especialmente jóvenes, continúan desentendidos, como si nada ocurriera, reuniéndose como si fueran inmortales, no se dan cuenta que en casa tienen adultos mayores llegando infectados a contagiarlos. El Covid-19 nos invita y obliga a reflexionar. A brindar tiempo y protección hacia nosotros. Este virus no conoce clases sociales ni fronteras, la sociedad colombiana debe admitir disposiciones que emanen de las autoridades nacionales, departamentales y locales; cualquier medida debe practicarse y respetarse en razón al tiempo que exija esta crisis.

Todas las medidas necesarias, económicas, laborales, en materia de salud, las más indispensables para atender esta emergencia, deben provenir del Estado; no se trata de asistencialismo, es una crisis que con acertada responsabilidad le corresponde atender. Tenemos que ser conscientes y responsables, acatando estas normas con fuerza de ley; no faltaran algunos que vayan en contra vía y que incursionen en el campo penal, quebrantando los arts. 368 y 369 del Código Penal, con penas de cuatro a ocho y diez años de prisión por violar medidas sanitarias y propagar epidemias.

Surgen preguntas: ¿Salvar la vida? o ¿Salvar la economía? Para mí, primero la vida, nos tenemos que sacrificar para salvar vidas; no hay que minimizar esta situación, ni ridiculizar las disposiciones, manifestando: “eso a mí no me afectara”. Las medidas son drásticas, pero necesarias; claro está, que aflorarán la angustia, ansiedad, temor por la vida, ante la presencia del Covid-19. Cada uno debemos pensar que tenemos una vida, a cuidarla, así cuidaremos, protegeremos otras; además, nuestra salud mental.

Las medidas que se están tomando es entorno a nuestra salud, no para la economía. El aislamiento voluntario, se volverá restricción domiciliaria, necesario; que a otros judicialmente se les impone y no la cumplen. ¿Sera igual? Sensatez, si se sabe que la aglomeración es un riesgo, evitémosla y admitir que nos podemos contagiar.

Que no suceda lo que sucedió en Italia e Irán, países que no actuaron prontamente y los resultados fatales ya los conocemos. En Irán, su presidente libero a 85 mil presos para evitar la propagación del virus, medida descabelladas dirán muchos, pero pensó más en la salud de sus conciudadanos.

Todos somos susceptibles de infectarnos, es un virus nuevo que nuestras defensas no lo conocen. Las medidas que se tomen, dividirán; sin embargo, todo sea por la salud y mantenernos sanos. Dura es la ley pero es la ley. Así que a cuarentena y a lavarnos las manos.

Categories: Columnista
Jairo Franco Salas: