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La pobreza no abandona a Valledupar

El reflejo de la pobreza en Valledupar palpada en la comunidad infantil.

Convivir con el olor fétido de las aguas estancadas que cruzan por su vivienda se convirtió en el ambiente natural de su entorno. Se acostumbraron a una ‘condena’ enmarcada por la pestilencia empantanada en su hábitat.

A Don Jairo Chinchilla y sus ocho hijos les tocó vivir en medio de la pobreza física, deteriorada por las condiciones sociológicas que rodean al barrio Nueve de Marzo. Allí creció su familia rodeada de la miseria, pero con los deseos de superación enajenados a las ganas de un mejor vivir.

Una vivienda construida en madera se rinde ante la piedad de los árboles frondosos de mango y roble; su sombra pone en tinieblas la acequia que se quedó sin caudal por culpa del verano, pero con leves corrientes de aguas negras y fétidas que se cansan en medio de la resequedad.

Mientras don Jairo cuenta su historia, sus ocho hijos cruzan de un lado para otro; no encuentran espacio suficiente para escuchar la entrevista hecha por EL PILÓN en medio de la inclemencia natural llena de desagrado; lo incómodo del patio no da espacios para la diversión de un niño de dos años que clama recreo.

Más allá de las precarias condiciones higiénicas en que vive su familia, su semblante nunca se aparta del pensamiento de tener algún día un mejor bienestar. “Uno siempre tiene las bendiciones de Dios, afortunadamente a mis hijos nunca le falta un plato de comida, tenemos que resignarnos a vivir en estas circunstancias, pero algún día tendremos la recompensa”, aseguró el hombre con acento santandereano que llegó a las sabanas de El Desastre en 1975, en donde una sierra abre paso a las golondrina que un día inmortalizó Rafael Escalona.

Sus ojos redondos y piel deteriorada refleja el trajín de un hombre que gana un poco más del salario mínimo. En su pequeño inmueble no hay espacios para el orden; un cuarto es el principal albergue que sirve como sala comedor y cocina, en donde se confunden bicicletas viejas arrinconadas y carcomidas por el óxido.

“Las diez personas que aquí vivimos, dormimos en un solo cuarto, en cada cama cabemos tres o cuatro, pero ya estamos acostumbrados, yo mantengo mi familia con lo que se hace en la tienda, pero lo importante es que tenemos salud y las ganas de salir adelante. Mi hija mayor estudia en la universidad y otros dos están en el colegio, eso lo hacemos con el mayor sacrificio del mundo”, aseguró don Jairo Chinchilla, el hombre que frentea la pobreza en que vive a través de una sonrisa y las ganas de tener un mejor porvenir.

Como él, muchas personas en Valledupar viven en medio de la pobreza, mientras que otros como Joel Hernández, un habitante del barrio Pescaíto, tiene que alimentar a siete de sus 12 hijos con un ingreso mensual de 200 mil pesos promedio.

“Yo soy reciclador y en un día puedo ganarme seis o siete mil pesos, la mayoría de mis hijos todavía están pequeños y tengo que alimentarlos, vivimos en una casa de cartón y bahareque, tiene un solo cuarto y no tenemos letrina, las necesidades las hacemos en bolsa y luego la echamos en el carro de la basura que pasa por la cuarta”, lamentó el hombre de barba robusta y piel arrugada, cuya principal compañía es una carretilla con llantas deterioradas y una mochila en donde guarda un paquete de cigarrillo y media botella de bóxer.
Así como Joel Hernández, en Valledupar existen 633 familias que no tienen inodoro y deben hacer sus necesidades al aire libre.

La reducción

En los resultados de pobreza en Colombia publicados en 2015 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), el Cesar registra cifras favorables con una reducción en sus indicadores.

El informe asegura que este departamento aparece en el quinto lugar con mayor reducción de pobreza monetaria a nivel nacional, con una incidencia de 44,8 % en 2013, mientras que en 2014 esta se redujo a 40,9 %. Es decir, hubo una reducción de 3,9 puntos porcentuales.

Así mismo, la publicación muestra que en cuanto a pobreza extrema Cesar pasó de 12.5 % a 12 % entre los años 2013 a 2014, mientras que en 2012 se registró una cifra de 16 %.

En el indicador de severidad de la pobreza, para el año 2014 el Cesar registró un 8.6 %, observándose una disminución de 0,4 % en relación con el 2013, mientras que en el orden nacional la reducción durante el mismo lapso de tiempo fue de 0.6 puntos porcentuales.

Mientras tanto, en lo relacionado con la desigualdad de ingresos, el informe ubica al Cesar entre los cinco departamentos con mejores resultados durante el 2014, por detrás de Atlántico, Cundinamarca, Caquetá y Meta.

¿Cifras maquilladas?

Sin embargo, Asdrúbal Cantillo, fiscal de la comuna cinco de Valledupar, asegura que “no hay un trabajo serio que permita la claridad de estas cifras ante los miembros de la comunidad porque algunos datos sobre los índices de pobrezas son amañados, sugiero que haya una unificación y responsables de la entidades encargadas de hacer este tipo de encuestas”.

El dirigente comunal lamentó que “la pobreza desmotiva al ser humano, cuando una persona viene a la ciudad se encuentra con choques demasiado bruscos a pesar de las ganas de vivir, la persona económicamente pobre está sistematizado a no estudiar y a no capacitarse contrario a la persona que tiene las herramientas para hacerlo”.

Sobre el tema, el Jefe de la Oficina Asesora de Planeación de Valledupar, Aníbal Quiroz, aseguró que la capital del Cesar es la cuarta ciudad de la región Caribe con los mayores índices de pobreza, nosotros estamos reorientando el Plan de Desarrollo para cerrar esta brecha social en el tema de pobreza monetaria y extrema, acá hay gente que vive en hacinamiento y no están conectados al alcantarillado, tal es el caso es el sector de la margen derecha del río Guatapurí”.

Advirtió que tienen el reto de bajar tres puntos la pobreza extrema y cuatro en monetaria. El 27 % de la población vallenata es pobre, el 3.6 por ciento vive en pobreza extrema porque no tiene los ingresos suficientes para comer, “estamos hablando de 10 mil hogares que no se comen las tres comidas, tenemos un 4.5 % de pobreza extrema en las comunidades afro e indígenas. Es una tragedia social lo que ocurre en barrios subnormales de Valledupar como Los Guasimales, Francisco Javier, Tierra Prometida y parte del Nuevo Milenio que tienen los peores indicadores de pobreza”, agregó.

Aumento de clase

Tras recordar que entre 2010 y 2015 unas cuatro millones 574 mil personas salieron de la pobreza en Colombia, el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria Muñoz, aseguró que buena parte de esa reducción se tradujo en el aumento de la clase media consolidada.

“Para 2015, la clase media consolidada llegó a 14,2 millones de personas, que representan el 30,5 % de la población colombiana, con un ingreso por hogar de entre 1,8 y siete millones de pesos mensuales”, explicó el Director del DNP.

Dijo que frente a 2014 a este grupo ingresaron 118.000 personas y agregó que cerca de dos tercios de la reducción de la pobreza lograda entre 2010 y 2015 se tradujeron en el aumento de la clase media consolidada.?

Durante la sesión de trabajo de la Mesa de Lucha contra la Pobreza, que encabezó el presidente Juan Manuel Santos en Bucaramanga, el Director del DNP destacó el aporte de 1,5 puntos porcentuales de los programas sociales del Gobierno nacional, en la reducción de la pobreza.

Así mismo, Gaviria Muñoz resaltó que la meta de medición de la desigualdad en Colombia propuesta en el Plan Nacional de Desarrollo se cumplió con tres años de anticipación, toda vez que al cierre de 2015 el objetivo propuesto para 2018 ya se alcanzó.

Parte de este comportamiento se debe al mejoramiento progresivo del ingreso per cápita de la población más pobre del país. En el último año, el crecimiento real entre la población de menores ingresos fue de tres puntos, explicado principalmente por salarios.

¿Quién es pobre?

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, la línea de pobreza por ingresos en Colombia, a julio pasado, estuvo en 208.404 pesos al mes, es decir, un ingreso diario de 6.947 para suplir la canasta de bienes y servicios básicos de una persona.

Si esa misma persona vive en una ciudad o cabecera urbana no será considerada pobre si percibe más de 229.885 pesos mensuales, 7.663 pesos diarios. Y si reside en zonas rurales basta con un salario igual o mayor a 137.612 pesos, o sea, 4.587 pesos al día, para escapar a esa condición contra la vida digna.

“Un hogar de cuatro personas se considera pobre si su ingreso mensual está por debajo de 833.616 pesos. En las cabeceras asciende a 919.418 pesos, y en el resto (el campo) de 550.446 pesos”, asegura un informe del Dane.

Valledupar es la cuarta ciudad de la costa Atlántica con los mayores índices de pobreza.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, la línea de pobreza por ingresos en Colombia, a julio pasado, estuvo en 208.404 pesos al mes.
El 27% de la población vallenata es pobre; el 3.6 por ciento vive en pobreza extrema que no tiene los ingresos suficientes para comer.
“Es una tragedia social lo que ocurre en barrios subnormales de Valledupar como Los Guasimales, Francisco Javier, Tierra Prometida y parte del Nuevo Milenio que tienen los peores indicadores de pobreza”: Planeación municipal.
Los niños conviven con un entorno precario a la hora de alimentarse.
Los niveles de pobreza en Valledupar llegan a un 27% de su población.

 

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN

 

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