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La juventud desempleada pide el solidario apoyo de la Nación

EL PILÓN advirtió, al anunciarse antes de tramitarse el Plan Nacional de Desarrollo, que se crearían las zonas económicas y sociales especiales, ZESE, que no estábamos en ese club, a pesar de ser de frontera, recibir alta migración venezolana y acusar mayor desempleo en el país.

Esa exclusión quedó confirmada en el Plan, pero cuál no sería nuestra sorpresa hace algunos dias informados de que a las regiones inicialmente cubiertas (Guajira, Arauca, Cúcuta y su área metropolitana) se sumaron dos ciudades por su condición de desempleo, Quibdó y Armenia.

Esas zonas obtienen incentivos de renta por cinco años, promueven el emprendimiento, las inversiones, el empleo, de aquellas compañías que se registren en Cámara de Comercio hasta mayo del 2022.

Al tomarnos la tarea de revisar la nueva norma justo nos hallamos con que ayer sábado se dieron a conocer las nuevas cifras de desempleo en que Quibdó sobresalía como la primera en la tasa y la seguían con igual 15.5 % Cúcuta y Valledupar. Fuimos atrás en los meses de septiembre y observamos los últimos años de registros del DANE y Valledupar estuvo con similares guarismos, superiores casi siempre a los de la ciudad cafetera.

Ayer EL PILÓN, datos del DANE, la Encuesta Nacional de Hogares dio una noticia aun más preocupante: ¡Valledupar es la ciudad con mayor desempleo de jóvenes en Colombia!

Son esos jóvenes la mejor promesa del futuro, pero en nuestro amado terruño está herida esa promesa.

En Valledupar hay 133.000 jóvenes entre 15 y 29 años, de los cuales cerca de 68 mil (51 %) son hombres y 65 mil son mujeres (49 %), y para muchos este resultado no es una sorpresa realmente.

Hemos apoyado la iniciativa de crear una urgente Misión de Empleo, y, sabemos, el nuevo alcalde ya adelantó conversaciones con el Centro de Pensamiento – Cesore con ese buen propósito, esa organización ha puesto el dedo en la llaga sobre dicha situación. Nosotros, desde estos editoriales, insistimos en que la generación de empleo no se debían limitar al efecto residual de un agresivo programa de obras públicas, amén del apoyo de sectores como la construcción que ha iniciado un tímido crecimiento.

Que había que hacer programas y proyectos especiales. Bienvenido el foco que en ese tema ha puesto el Mello Castro, que en sus noches durmiendo en los barrios populares en la campaña electoral, vivió en carne propia y en los ojos desvariados de joven sin trabajo el perfil compasivo de la dura pobreza. Muchos de esos muchachos son el estamento principal de la protesta y el paro del mes de noviembre.

La estrategia y el esfuerzo local requiere corresponsabilidadel Gobierno nacional. Se justifica que el Gobierno extienda la ZESE a Valledupar. Es un fin que debe unir al alcalde, el gobernador y los congresistas. No se podrá alegar que en el pasado fue incluida en las zonas especiales de exportación -ZEEE, ya que ese inútil instrumento exigió requisitos inalcanzables que impidió que ciudades como Tumaco, Cúcuta, desarrollaran proyectos productivos.

Categories: Editorial
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