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La gestión del valor público

La administración correcta y eficiente de los recursos del Estado a fin de satisfacer las necesidades de la ciudadanía e impulsar el desarrollo de un país, es la finalidad que busca la gestión pública. El norte de esa gestión está delineado por lo establecido en las políticas, planes, proyectos y programas que proyectan las administraciones tanto a nivel nacional, departamental y municipal, cuyo eje central son los diferentes planes de desarrollo de cada administración.

Lo ideal es que esa gestión tenga impacto en la comunidad a través de la generación de valor público, que es aquel que se origina en la medida en que la comunidad reconozca el bien o el servicio que se le brinda, como respuesta a una necesidad o preferencia, y aprecie su calidad como respuesta adecuada a la misma, en últimas la generación de valor público, significa la satisfacción de las necesidades de la comunidad en términos de eficacia, eficiencia y efectividad.

Para que una entidad pública a través de su gestión, produzca valor público, es necesario e imprescindible que su accionar esté determinado por una planeación estratégica, donde la misión y la visión constituyan el hilo conductor de su accionar que la lleven a entender en todos los niveles de su estructura organizacional, que lo importante es comprender para qué se hacen las cosas y no en cómo se hacen, porque esto lleva a fijarse básicamente en los costos de producción de bienes y servicios, presupuesto y nómina.

En la misión y la visión están contenidos los beneficios que se proponen generar sobre las condiciones de vida de todos los segmentos de una población.

Es necesario entender claramente que para generar valor público, la estructura organizacional de las entidades públicas, no deben estar ajustadas a un accionar burocrático, donde nos enfocamos en analizar el manejo presupuestal y aspectos funcionales, sin fijarnos si están apuntando a lo planeado estratégicamente, para esto es obligatorio que las entidades estén abiertas a escuchar a los ciudadanos, para que estos puedan participar en la implementación y desarrollo de las políticas con lo cual se generaría confianza, que es el corazón en la relación entre el hombre y el Estado.

La planeación estratégica dentro de las entidades públicas, de forma sencilla, comprende tres clases de gestión:

1. Gestión de programas, que consiste en cumplir con la misión de la organización a través de un conjunto de estrategias, políticas, planes y proyectos que generen progreso.
2. Gestión política, comprende la creación y consolidación de la legitimidad y el apoyo para implementar los planes, o sea la gobernabilidad.
3. Gestión de la organización, que conlleva a manejar y establecer la capacidad organizacional y los recursos para realizar una gestión eficaz, eficiente, efectiva, ética y sostenible que lleve a la creación de valor público.
Como ejemplo de valor público, podemos citar: La apertura de nuevas oportunidades para las generaciones actuales o futuras y la respuesta a problemas relevantes de la ciudadanía.

De acuerdo con lo anterior, la oferta de cualquier bien o servicio por parte de las entidades públicas, no necesariamente genera valor, estos deben ser generadores de impacto en el desarrollo socioeconómico de una comunidad por su novedad y pertinencia en un momento determinado.

Por Edner Peralta Araque

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