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La cortina de humo de Vicky

No le fue bien en la entrevista a su colega Hassan Nassar. Y tal vez ha considerado que le viene como anillo al dedo tejer una cortina de humo que ella misma ha llamado la ‘ÑeñePolítica’. Para hacerlo, se ha rodeado de un coro de periodistas, ¿despistados o sabiondos?

La carrera periodística de Vicky se ha caracterizado por una inocultable ansia de reconocimiento para sí. En este último sainete, cuyo protagonista es Ñeñe Hernández, se propone seguramente vender más su espacio televisivo y elevar las ventas de la revista Semana.

Lamentablemente, este es el periodismo colombiano mayoritario. Habiendo tantos temas importantes que tratar en el país, los comunicadores se dedican a fabricar estas telenovelas amarillas, irrespetando el tiempo y los verdaderos intereses fundamentales del pueblo colombiano.

La Vicky posa ante el país obnubilado como si no conociera quién era el personaje, quien probablemente asistió a su matrimonio con José Amiro Gnecco Martínez, en la ciudad de Santa Marta, años ha.

Su esposo es un distinguido médico vallenato cuya prosapia es muy conocida, entrañablemente entrelazada con la de los Hernández con vínculos de amistad muy fuertes, no de ahora, sino desde las propias raíces de sus respectivos apellidos.

Por tanto, el conocimiento de Vicky acerca de la personalidad de Ñeñe tiene que ser evidente: abierta, extrovertida, festiva, familiar ciento por ciento, exagerada en sus manifestaciones de amistad y compadrazgo, efectista con los ostentadores de los poderes humanos, pero también cordial con los humildes, hizo de él no sólo un orgulloso hombre de trabajo, sino también un caballero siempre acompañado por amigos por doquier y con notorio acceso a cualesquiera salones sociales, políticos, económicos, empresariales, etc etc.

Todo ello labrado no solamente por sí mismo, sino recibido de su cuenca familiar, de una alianza cultural regional guajiro-cesarense.

Su padre, Arístides Hernández Fernández, y su madre, Beatriz Aponte López, constituyeron un hogar lleno de amor para todas las clases sociales. Ellos hospedaban en su residencia solariega a amigos de muchos timbres, de distintas regiones del país, especialmente a cachacos bogotanos, a cultos payaneses, a paisas antioqueños.

Muchos contertulios. De estos últimos, hemos de mencionar al padre del actual presidente de la república, exministro de Estado, Iván Duque Escobar, quien fue huésped en varias ocasiones de la casa de los Hernández Aponte en Valledupar, tal vez acompañado por su hijo pequeño .

El Capi Hernández, padre de Ñeñe, fue un Capi no de los cuarteles militares, sino Capi de los innumerables amigos que tuvo—que Vicky finge ignorar— y que el Ñeñe ha recibido como herencia de valores espirituales intangibles, que no pueden ser manoseados por Vicky y su coral de periodistas, probablemente ignorantes de nuestras realidades familiares y regionales.

El Capi y compadre Arístides fue un innato estupendo conversador, siempre de buen humor, estimulado por una imaginación brillante, por consiguiente no es raro que el Ñeñe (Q.E.P.D) desde el cielo esté muerto de la risa pensando en el alboroto que ha armado.

Periodistas: sus expresiones descalificadoras de su presumible inocencia, son desobligantes; sus juicios y sentencias anticipadas son palos de leña para el fuego violento del país.

Categories: Columnista
Rodrigo_Lopez_Barros.: