En esta época del año gran parte del país sufre las consecuencias del invierno, Valledupar no se escapa de esta realidad. La noche del jueves 23 de septiembre un fuerte aguacero irrumpió en medio del descanso a varias familias a las que les tocó con escobas y baldes en mano sacar el agua que ingresó a sus viviendas.
Los vallenatos no conformes por la falta de energía eléctrica, que es suspendida durante las lluvias, ahora también se tienen que enfrentar a posibles inundaciones que serían ocasionadas por la carencia de alcantarillado pluvial, toda vez que las alcantarillas que actualmente existentes en el municipio han dejado de cumplir su función por varios factores, principalmente por el taponamiento que se genera por los desechos de la ciudad.
¿QUÉ DICEN LOS EXPERTOS?
De acuerdo con Juan Pablo Morón, exsecretario de Obras del municipio, en Valledupar hacen falta más colectores pluviales “porque con una sola red o con dos no es suficiente”. Además, indicó que los que están en funcionamiento carecen de un mantenimiento periódico, sobre todo, en temporada de lluvias. “Si están tapadas por basuras lógicamente se desborda el agua”, expresó.
Por ello, sugirió que las empresas de servicios públicos se comprometan para mejorar esta problemática en Valledupar. “Aseo del Norte debería estar mucho más activa porque a veces hay puntos de la ciudad muy sucios, si ellos están constantemente haciendo jornadas de aseo se podría disminuir el colapso. Emdupar debe hacer más campañas y actividades de limpieza de las rejillas de aguas lluvias”, dijo. Finalmente, hizo un llamado a seguir apostándole a la construcción de colectores de agua en la capital del Cesar.
A su turno, Maira Raiza Fuentes, también exjefe de esta cartera, coincidió en que si bien las redes de alcantarillado pluvial han sido construidas en algunas zonas, Valledupar ha venido creciendo de manera acelerada habiendo la necesidad de ampliar la capacidad del sistema. “La actual administración desde el año pasado gestionó recursos para realizar un nuevo alcantarillado pluvial en la zona norte buscando de esta manera reducir los altos niveles de escorrentía que corren sobre las vías urbanas y confluyen en las zonas bajas del sur de la ciudad, generando los impactos negativos que hoy apreciamos”, aseveró.
La ingeniera industrial dijo que al tratarse de un municipio cuya topografía presenta una pendiente vertical de norte a sur, surge una incidencia en el comportamiento hidrológico, por eso se hace necesaria la construcción de todas las líneas que conllevan a una ciudad bien planificada.
Mientras eso pasa, las calles de la capital del Cesar quedan a merced de los arroyos cada vez que llueve, dificultando la normal movilidad vehicular y peatonal, situación que preocupa a la comunidad.
Por Andreina Galvez / EL PILÓN