El último de los mohicanos es la forma de referirse al único superviviente de una raza de hombres nobles y de una historia para contar. Con José Antonio Murgas Aponte falleció el último de los mohicanos; el hombre de pensamiento liberal, abogado de profesión y político de oficio, el hombre a quien lo definió la palabra honestidad, el hombre con vocación de servicio.
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En su trayectoria laboral y en su condición de hombre público, Murgas Aponte tuvo varios logros para destacar; muchos que se escriben con mayúsculas.
Seguramente también como a todo ser humano lo acompañaron defectos; pero en cuanto a cualidades lo que sí no admite discusión es que a José Antonio lo describió su honestidad.
Seguramente en una valoración ligera y que no nos corresponde, se podrá decir que en su vida privada José Antonio Murgas Aponte no evidenció abundancia. Le sobró inteligencia.
Cuanto agradecerle a los José Antonio Murgas Aponte, su condición de pioneros y de buscar para estas tierras reconocimiento, quienes sacrificaron su propio patrimonio y generaron los espacios que todavía muchos años después permiten que los nacidos en esta región los acompañe la percepción de decencia.
Referirse a José Antonio Murgas Aponte, permite rememorar los orígenes, los de una sociedad que se decidió por construir departamento y ciudad capital, pero dando un paso grande, el de ir directamente a la capital del país. Es decir, una generación que comprendió que nuestras fronteras son con Bogotá y no con nuestros vecinos.
De obrar y pensamiento íntegro y de respeto por las normas y cosas que consideraba correctas y adecuadas; así fue José Antonio Murgas Aponte. Aunque sencillo, con la frente siempre en alto; conocedor de que no existía escenario que le quedara grande y menos puertas que le pudieran cerrar.
Nonagenario, seguía siendo un hombre de pensamientos y comentarios de avanzada que retaban a las nuevas generaciones a ver más allá.
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En tiempos donde la honestidad escasea, es pertinente rememorar a los hombres públicos que han brillado por su honestidad. Es sencillo: ya no los hacen de ese material.
Descansa en paz José Antonio Murgas Aponte, el último de una generación que deja una historia que da orgullo contar. Un nombre para escribir en mayúsculas.
Por: José Antonio Soto Murgas