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Is there a way Beyond Queen Kong?

La semana pasada las redes sociales estallaron ante el lamentable episodio en el cual se comparó a la candidata vicepresidencial con King Kong. Un episodio aún más lamentable se vivió cuando el fuego amigo disparado desde la trinchera de Gustavo Bolívar exacerbó aún más los ánimos al mostrar una nueva imagen que repetía ese racismo, que muchos desconocemos hace parte de nuestro ADN sociocultural. 

Aunque este, reconociendo la imprudencia, la retiró un par de horas después, pese a los días y a la volatilidad de las ideas en nuestro país, aún se mantiene la discusión en el ciberespacio.

Fue tétrico leer cómo algunos defendían sus posiciones, especialmente retuiteando la imagen que sacó Bolívar, creyendo que con ella defendían los valores que caracterizan a la candidata: activismo en justicia social, de género, racial, resistencia, capacidad de hacer valer su voz oprimida, etc, etc. Olvidaban que la lealtad y los otros nobles valores que representan y popularizaron al rey Kong no son sus características evidentes; que lo primero que se simboliza cuando lo muestran es que es grande, fuerte y sí, negro. Además de que sus puños dan tan fuerte que pueden destruir los iconos más sagrados de una civilización pujante.   

Es tan aberrante la forma en que se nos enquistan las ideas, que la última de las caricaturas al respecto, la de matador, nuevamente quiere presentar una heroína luchando contra el racismo, la opresión y otros males sempiternos de nuestra sociedad… Pero mantiene la figura de King Kong como el centro de la imagen.

Esta discusión revivió una infame carátula que apareció hace unos años en una revista de amplia circulación, y por supuesto hizo que muchos rasgáramos nuestras vestiduras bien sea quitándole valor al evidente racismo, o bien sea desconociéndolo con el argumento infantil de que solo son bromas sin intención de hacer daño.

Es el momento de reconocernos que efectivamente cargamos con un racismo oculto, aún a nuestra conciencia, así como hay muchos otros atropellos a minorías que debemos visibilizar con el único fin de empezarlos a cambiar. El reconocimiento y la aceptación serían el primer paso hacia un verdadero respeto por las diferencias. Estamos lejos, muy lejos, pero es posible. Ese gran acuerdo podría ser un buen inicio.

Es importante que el país, y los que estamos en las regiones, entendamos que hay barreras y situaciones culturales que merecen ser revisadas, ser discutidas, y aún mejor dejadas atrás, de allí el título de hoy ¿Es posible que podamos trascender la figura de la *reina* Kong? En este sentido es supremamente valiosa esa voz y los temas que esta elección ha puesto en el orden nacional. Por ello, entendiendo el espíritu y las tendencias de las encuestas, espero que Francia mantenga estos temas una vez asuma su silla en la Cámara de Representantes. El país se lo agradecerá.

Categories: Columnista
Tags: king kong
Cenaida Alvis Barranco: