Desde hace dos años y medio, los habitantes del barrio Don Alberto crearon su propio frente de seguridad; entre todos se unieron y a través de la Junta de Acción Comunal contrataron una empresa de vigilancia, la cual presta el servicio con un vigilante permanente en cada entrada del sector y por las noches realizan rondas por las distintas calles en una motocicleta.
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La actual preocupación es porque desde hace varios meses los actos vandálicos se han incrementado, principalmente en la zona donde se encuentra ubicada la iglesia católica Nuestra Señora de Fátima, ya que en sus alrededores hay lotes enmontados donde se esconden delincuentes y al ver pasar a las personas les quitan sus pertenencias, sean bolsos, celulares, dinero e incluso motocicletas.
“Lo que sucede es que en las horas de la noche no hay buena iluminación, todo es muy oscuro. Los delincuentes se esconden en medio del monte y cuando la gente pasa en sus motos, se les pegan y los bajan y se las roban. También se esconden detrás de las esquinas donde hay grandes árboles”, refirió una habitante del sector que pidió no revelar su nombre.
Añadió que el entorno social del barrio dificultad la seguridad. “Otro de los puntos negativos que tenemos en nuestra contra es que estamos rodeados de tres invasiones: Altos de Pimienta, Brisas de la Popa y Los Guasimales, y se les hace fácil huir hacia esos lados, y como es poca la presencia de la Policía todo se les facilita”.
LLAMADO A LA LIMPIEZA DE LOS LOTES
El tesorero de la Junta de Acción Comunal de Don Alberto y líder del área deportiva del sector, Alfomiro Ariza, manifestó que son varias las peticiones que le han hecho a la empresa Interaseo para que les ayude con la limpieza de los lotes que se han convertido en foco de delincuencia. Sin embargo, dice que no han sido escuchados.
“Hicimos nuestro propio frente de seguridad para estar tranquilos, pero las zonas llenas de monte se han convertido en un ‘mal’ en el barrio. La maleza alcanza hasta metro y medio de altura y con la empresa de Interaseo ha sido imposible que nos colabore con esto”, expresó Ariza.
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Igualmente, indicó que en la etapa siete del barrio, la constructora de las casas entregó dos canchas multifuncionales en las áreas de cesión, las cuales no están siendo utilizadas por la comunidad porque están rodeadas de monte y no tienen iluminación.
“Esta es un área que nadie puede utilizar ni de día ni de noche. La oscuridad es otro punto en contra y un agravante de la situación; la Alcaldía ya está al tanto de lo que aquí está pasando y seguimos esperando que nos ayuden porque este es un espacio que se puede aprovechar por toda la comunidad para recreación y deporte”, puntualizó Alfomiro Ariza.
PARQUE CON MALOS OLORES
Otra de las problemáticas que aqueja a este barrio de la comuna 5 de Valledupar, es la acequia que atraviesa el parque ecológico que está a un lado del Batallón La Popa, debido a que actualmente las aguas residuales de la invasión Brisas de la Popa están cayendo a este canal, generando malos olores. Por eso, agregan, el parque es poco visitado.
“Anteriormente, por la acequia corría agua normal y esto era de provecho, pero el Batallón tapó las compuertas y no ha sido posible que nos vuelva a correr el agua. Lo que corre son las aguas residuales de Brisas de la Popa. El olor es insoportable en un parque que cumplió un año de inaugurado el 25 de noviembre pasado. Por eso le hacemos un llamado al Ejército, para que permita que la acequia vuelva a tener su normal funcionamiento”, refirió Ariza.
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Por su lado, Ascanio Fuentes expresó que estaba acostumbrado a realizar rutinas de ejercicio en el parque, pero lleva casi tres meses practicando en las calles porque el olor putrefacto en varias zonas del parque es una limitante para visitarlo.
POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.