170 personas, en su mayoría indígenas de la etnia yukpa, que tenían sus casas en el barrio Nueva Esperanza en Bosconia, centro del Cesar, permanecen sobre el terraplén de un tramo del anillo vial de la Ruta del Sol 3 en ese municipio.
En términos técnicos, es el hito 10D de la obra. La comunidad, agrupada en alrededor de 49 familias, decidió subir a la carretera inconclusa, desde que sucedió la avalancha del 23 octubre de 2022, por temor a volver a tener el agua hasta el cuello y ver morir a otro de sus integrantes.
SOBREVIVEN EN VIVIENDAS IMPROVISADAS
Sobre el terreno ardiente hay viviendas improvisadas hechas de madera, plástico y otros materiales, los cuales cada vez son menos resistentes a las lluvias o fuertes brisas, según asegura Cristina Herrera, miembro de la comunidad denominada Akashkatopo.
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“Los niños tienen miedo desde el día de la avalancha, piensan que viene otra vez. Por eso cada vez que llueve nosotros montamos a todos los niños y las cosas porque allá abajo no hay tranquilidad, no podemos dormir”, explica Herrera, con tono de preocupación.
Aunque la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) indicó que la inundación fue producto de un “evento hidroclimatológico”, el presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Nueva Esperanza, Antonio Cervantes, responsabiliza a la Concesionaria YUMA, empresa a cargo del proyecto de infraestructura vial, del horror de aquella madrugada.
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Por su parte, Linda Milena Esquivel, vicepresidenta ejecutiva de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), dijo al diario capitalino El Espectador que “incluso las obras que están ejecutadas ayudaban a mitigar la inundación” sobre el municipio.
RUTA DEL SOL 3
La constructora que ejecuta las obras es Ariguaní, la cual no ha podido avanzar en este tramo por la presencia de la comunidad en la variante de doble calzada que conectará a Valledupar con San Roque, Curumaní, situación que ha retrasado los tiempos de entrega.
“El anillo vial en Bosconia lo constituyen 4 rotondas, solo se han construido dos, falta la intersección entre Bucaramanga y Plato y la vía Plato-Barranquilla. Se esperaba que entregaran las obras a finales de este año, sin embargo no van a alcanzar”, afirmó Edulfo Villar, alcalde de Bosconia, en diálogo con EL PILÓN.
La Ruta del Sol 3 va desde San Roque, corregimiento de Curumaní, Cesar, hasta la Ye de Ciénaga (Magdalena) y desde El Carmen de Bolívar hasta Valledupar. Es decir, atraviesa 3 departamentos. En total son 465 kilómetros a intervenir.
De acuerdo con un reporte de YUMA, del 18 de junio de este año, el avance general de la Ruta del Sol 3 es de 70 %, entre duplicación de calzada y mejoramiento de vía existente. Es preciso recordar que este proyecto tiene más de 10 años.
LA CONSULTA PREVIA
EL PILÓN intentó establecer comunicación con diferentes funcionarios de la concesionaria, pero las personas consultadas manifestaron no estar autorizadas para dar declaraciones a medios de comunicación.
No obstante, el Ministerio del Interior determinó a finales de 2022 que YUMA debía realizar consulta previa con la comunidad yukpa, decisión que fue apelada por la concesionaria, la cual argumentó que: “El Ministerio del Interior certificó la procedencia de la consulta previa, a pesar de que desde hace más de 12 años la había descartado, lo que constituye un manifiesto desconocimiento de sus propios actos”.
La empresa añadió que: “La comunidad Akashkatopo no existía cuando se celebró el contrato de concesión”. Sin embargo, mediante la Resolución 0662 del 4 de mayo, la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa resolvió que “las dinámicas individuales y colectivas de la comunidad resultaron afectadas por el proyecto de la Ruta del Sol sector 3 tramo 9-anillo vial de Bosconia”.
Sobre la existencia de la comunidad cuando inició el proyecto, la entidad del Gobierno nacional argumentó que si bien los yukpas reconocen “a la Serranía del Perijá como su territorio ancestral, a través de los años ha configurado su territorialidad en el asentamiento Nueva Esperanza, ante la dificultad de volver al Resguardo Indígena Iroka por los desacuerdos con los ‘Watillas’ o colonos, la falta de tierra y el conflicto armado”.
Lea la resolución de la Dirección Nacional de Consulta Previa sobre el caso:
LOS YUKPAS DEBEN SER REUBICADOS
María Pastora López, docente de la escuela primaria El Edén 3 de la comunidad Akashkatopo (de la cual hoy solo queda el techo y algunas sillas), expresa que el paso de la vía también afectó la vocación agropecuaria del grupo.
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“Quedamos prácticamente sin nada. No tenemos dónde cazar, dónde buscar nuestras propias artesanías, ya no tenemos dónde realizar actividades ancestrales. El yukpa sin tierra no es yukpa, lo que necesitamos es tierra, algo que sea para siempre, algo propio”, afirmó la mujer.
Así lo manifiesta también el Mininterior al asegurar que esta obra “se constituye en una barrera que limita el acceso de las fuentes agrícolas de los miembros de la comunidad indígena, y por lo tanto imposibilita el acceso a estas, ya que para acceder a estos deben atravesar la vía del proyecto”.
Para la reubicación de estas personas, el alcalde promete presentar un proyecto en el Concejo Municipal para adquirir, con la ayuda de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), un predio rural de aproximadamente 22 hectáreas en el corregimiento de Loma Colorada.
“Tuvimos la primera reunión con YUMA, el Ministerio de Vivienda y la ANT en la cual planteamos que la Alcaldía ubicaría una franja de terreno rural, nosotros vamos a adquirir la tierra hasta donde nos alcancen las capacidades, pero la ANT se encargaría de comprar la otra parte”, aseveró el mandatario.
RESPONSABILIDAD DE DIFERENTES INSTITUCIONES
“Toda la solución no va a estar a cargo de YUMA porque la consulta previa activa todo el abanico institucional, nacional y local en función de la solución”, precisó Villar.
El Decreto 2353 del 26 de diciembre de 2019 define la consulta previa como un “requisito para que las autoridades competentes puedan adoptar y desarrollar decisiones debidamente motivadas y fundadas en los principios de proporcionalidad, razonabilidad y el respeto de los derechos de las comunidades étnicas”.
Estos habitantes de Bosconia aseguran que no se oponen a la construcción de estas vías de tercera generación (3G), pero advierten que acudirían a vías de hecho para obtener soluciones por parte de la concesionaria y demás entidades.
“Estamos esperando si van a cumplir o no van cumplir”, manifiesta Pacheco Estrada antes de bajarse de la carretera buscando un poco de sombra.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN. andreaguerraperiodista@gmail.com