El mundo caminaba entre la inercia rutinaria correspondiente a cada escenario social, económico, deportivo, y en un sin número de actividades en las que ni el más prospectivo de los académicos se tomó la tarea de visionar cómo algo extraordinario podía pasar para detener el mundo.
El indicador de inactividad empresarial no se contempló jamás por parte de emprensa alguna, siquiera por los centros de investigaciones académicas de las universidades. Lo que hoy está sucediendo con las decisiones de la pandemia es algo que en teoría contradice el concepto de actividad económica como una acción permanente en el tiempo, y desarrollada por un ente económico que tiene la naturaleza de operar continuamente sin que haya ceses de actividades forzados por periodos prolongados.
Bajo estas argumentaciones solo se contemplaban excepciones como la suspensión de proyectos por incumplimientos reglamentarios o sanciones temporales, en algunos casos con multas económicas impartidas por las autoridades de vigilancia y control y, por último, el caso más común era la quiebra empresarial que congelaba las operaciones de forma definitiva.
Podríamos concluir que las herramientas financieras de los emprendimientos económicos no contemplaron jamás la inactividad operativa prolongada como un indicador que pudiera evaluar la resistencia del flujo de caja para subsidiar sus costos fijos bajo la dinámica empresarial de forma excepcional.
Los momentos de inactividad que podemos recordar a lo largo de la historia fueron los que se presentaron en las dos guerras mundiales, o en algún escenario de guerras internas de un país por situaciones muy específicas; también se registran confrontaciones entre países que originaban, parcialmente, hechos de inactividad empresarial; y para mencionar la inactivad más común que correspondería a pliego de condiciones presentados por los sindicatos y sometidos a mesas de negociaciones con fechas programadas en medio de las huelgas o con la suspensión parcial de las mismas.
De acuerdo a estos análisis se hace impensable que alguien prevea un indicador apoyado en un modelo de inactividad con fechas inciertas en el tiempo.
Hoy estamos frente a un escenario mundial de inactividad con tiempos indefinidos para el retorno de las operaciones de muchas empresas, dejando al descubierto la verdadera liquidez que define un escenario de pesimismo jamás contemplado en los modelajes financieros.
Este indicador de inactividad lo definimos como la capacidad de resistencia en cese de operaciones de una empresa, expresado en términos de tiempo, para poder direccionar su capital de trabajo en el subsidio de sus costos fijos en los meses de inactividad; en otra definición podemos concluir que es la capacidad de caja que tiene una organización para cumplir con sus costos fijos en tiempos de inactividad que se determinan como inciertos en el tiempo.
Calculo de Indicador de Inactividad Empresarial, I N E.
I N E = Indicador de inactividad empresarial.
A C L= Activo corriente líquidos.
C F I= Costo fijos depurados bajo inactividad x mes.
ACL
I N E = _
CFL
A C L= $ 10.000
C F L= $ 2.000
10.000
I N E = _
2.000
I N E= 5 Meses
Esta empresa solo tiene una capacidad de resistencia de 5 meses en agotamiento de su capital de trabajo, que deberá volver a financiar evaluando múltiples alternativas de recuperación ofertadas.