El Cesar es el 3er departamento productor con mayor asignación por parte del SGR. Además, los OCAD de los municipios aprobaron 487 proyectos por valor de $783.592 de los cuales el 81.6% se destinó a los municipios productores, en especial a la Jagua de Ibirico que captó el 33.1%; nunca antes los alcaldes de estos municipios habían administrado tanto dinero sin control.
La pregunta obligada es: ¿tienen hoy los municipios mineros mejor calidad de vida que los no productores y, en general, en qué medida han incidido las regalías sobre el Cesar, a la luz de indicadores de pobreza? Los recursos del SGR deben aplicarse a 19 sectores y subsectores; pero solo 6 de ellos han recibido el 75.7%.
Mirémoslos: Transporte; el Cesar tiene 2300Km de vías terciarias de las cuales el 94% está en malas condiciones. Si el Cesar no cuenta con un sistema público de transporte, ¿en qué se invirtió el dinero? ¿Dónde están los más de $300 mil millones aprobados para esta sectorial en los últimos 6 años? Educación; no se ven resultados; somos el 8° departamento con el más alto analfabetismo para mayores de 15 años y la calidad educativa a la luz de las pruebas SABER y PISA es deprimente. Deporte; no somos fuertes en ninguna actividad deportiva, las canchas para los Juegos Bolivarianos están por construir y los escenarios deportivos existentes son precarios. Vivienda, tampoco somos campeones; tenemos una media de 3.68 personas/vivienda contra el 3.1 en el nivel nacional; los programas de vivienda se han hecho con más criterio electoral y asistencialista que técnico y urbanístico lo que ha permitido una elefantiasis demográfica, sobre todo en Valledupar.
Agua potable y SB: todo por hacer; solo Valledupar tiene agua de buena calidad; Chiriguaná, uno de los mayores receptores de regalías tiene un elefante blanco sin solución de continuidad y nadie ha respondido. Salud: anda manga por hombro, no tenemos un hospital de 4° nivel y sus indicadores son subsaharianos. Veamos: la tasa de mortalidad materna es creciente y es la 8ª más alta dentro de 23 departamentos; tenemos la 7ª más alta mortalidad de la niñez (TMN), la 3ª tasa más alta de desnutrición de la niñez (menores de 5 años) y la 7ª más alta de mortalidad infantil (TMI); también tenemos la 2ª más alta tasa de infección respiratoria aguda, IRA, y la 3ª en enfermedad diarreica aguda, EDA; en embarazos de niñas de 10 a 19 años, somos los primeros. El dengue y el VIH siguen sin control. En TMI y TMN, Codazzi, Chiriguaná y Becerril, están en el top 10 en el Cesar. Además, los municipios productores, tienen las más altas tasas en embarazo de niñas de 10 a 19 años.
El IPM 2018 es 33.2, el 12° más alto por departamentos pero en los centros poblados y rural disperso se eleva a 53.5. Aquí, municipios mineros como Becerril y Codazzi, tienen IPM de 73.2 y 70.7%, 2° y 3° más altos del Cesar mientras que la Jagua, Chiriguaná, están por encima del 60%. Becerril y Codazzi, tienen privaciones en NBI de 38.48 y 28.42% respectivamente. Las pobrezas monetaria y extrema del Cesar son 49.2 y 12.5%, las 6ª más altas entre 23 departamentos.
La tasa de desempleo del Cesar es 15.9%, la 3ª más alta del país y la informalidad llega al 70%. La situación del primer exportador de carbón el país es patética y aún no se piensa en el modelo de sustitución que adoptaríamos.