A los cotidianos caminantes por el balneario Hurtado nos ha sorprendido que la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, sólo haya construido apenas unos 250 metros de gaviones alrededor de la margen derecha del río Guatapurí, para contener su creciente en época de invierno.
Nos embarga una gran frustración, en vista que no construyeron gaviones en todo el trayecto del Parque Lineal destruido por la corriente invernal del río, faltaron unos 100 metros, hasta donde el caudal del río se inclina a su margen izquierda; es decir, después de este punto, por lo menos en el tramo del Parque Lineal, el oleaje invernal del río no produce desmoronamiento en su margen derecha.
Ayer en toda una página de este periódico, Corpocesar publica como rendición de cuentas 2014 que ha cumplido con más del 90% de las metas de su plan de acción. En esa publicidad muestra la construcción de los gaviones en el río Guatapurí, obra con la cual el director de Corpocesar, Kaleb Villalobos Brochel, ha quedado en deuda con los vallenatos, pues no cabe duda alguna que la dejó inconclusa. Ojalá el contratista limpie el río y su zona aledaña que hasta ahora se encuentra horrible, con piedras por todas partes, para no decir patas arriba.
A raíz de la tensión ocasionada por el desastre ocurrido en el municipio de Salgar, al suroriente antioqueño, algunas autoridades de las zonas aledañas al río Guatapurí han alertado sobre la creciente súbita que el martes pasado presentó este afluente de agua en el corregimiento de Chemesquemena.
Considero que esta alerta es conveniente y quien dirige el Comité de Emergencias y Desastres del municipio de Valledupar no debe bajar la guardia porque son varios los ríos que descienden de la Sierra Nevada de Santa Marta y cualquiera de ellos puede producir una catástrofe igual o peor a la de Salgar.
Todo el mundo desea que llueva en esta región sedienta de agua, pero nadie quiere una calamidad, en verdad, clamamos por suficientes lluvias sin desgracias, que Dios escuche estas plegarias.