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Francia y Rodrigo o Rodrigo y Francia, el reflejo de un país que en muchas cosas ha cambiado

Si somos sensatos en cuanto al país que somos, entenderemos que la clase media pasó de ser el 30,1% de la población del país en el 2019, al 25,4% en el 2020 y que Colombia pasó de tener 17,47 millones de personas en la pobreza en el 2019 a 21 millones de ciudadanos en esta condición para el cierre del 2020, es decir el 35,7% del total de la población colombiana pertenecía a la clase pobre en el 2019, mientras que en el 2020 dicha cifra aumento al 42,5%. Peor aun la clase media del 2019 al 2020 tuvo una caída de 4,7 puntos porcentuales.

A Cualquiera sin ser economista, le es fácil concluir que Colombia es un país con bastantes pobres y con una clase media, que ha perdido fortaleza en los últimos años. Entre el 2019 y el 2020 hubo más de 2,18 millones de personas que salieron de la clase media.

sí somos un país, donde aumentan según el DANE el número de pobres, y donde, también según el DANE la población que esta en la clase media pierde espacio; un país agobiado en nuestras regiones por la podredumbre de la corrupción, la inseguridad urbana y la violación de los derechos humanos; un país donde abunda la cultura clientelista; a que se debe que nos parezca extraño y pongamos peros, que como respuesta a lo anterior, dos provincianos, un hijo extramatrimonial y una mujer de color de piel negra, sean las formulas de los dos candidatos con mayor opción de ser el próximo presidente del país.
Seria mejor pensar, que un huilense y una caucana, que de pequeños no hicieron parte del notablato, tienen opción de llegar a ser vicepresidentes; ellos dos salvo mejor opinión, por sus orígenes, no clasificaban para estar en las cuentas de los presidenciables, así fuera de coequiperos. Rodrigo Armando Lara Sánchez y Francia Elena Márquez Mina o Francia y Rodrigo, bastante lejos han llegado, como muchos hijos extramatrimoniales de este país, quienes, teniendo la misma cara del papá, en vida de sus progenitores nunca recibieron el apellido paterno o muchas mujeres negras y no negras de este país, les es difícil tener oportunidades.
Una activista medioambiental y defensora de los derechos humanos, un medico que se hizo especialista en cirugía general y subespecialista en cirugía de tórax; una mujer que tiene el carácter para ser opositora a la minería indiscriminada, un hombre que tuvo el carácter para iniciar un proceso judicial con miras a llevar el apellido de su padre, que lograría finalmente por la contundencia de una prueba de ADN genealógico.
Lara, fue alcalde de Neiva y ha sido docente universitario. Márquez, se graduó de técnico agropecuaria en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), además obtuvo un título en Derecho de la Universidad Santiago de Cali.

A ambos se les nota en la cara que de clase alta no tienen nada, y habla bien de ellos que no reniegan de sus orígenes y mucho menos los esconden. Ellos se ve que entienden que no están en el 1,7% de la clase alta colombiana; de hecho en ese 1,7% clasifican pocos, de hecho esos pocos también saben que a vicepresidente puede llegar cualquiera que con argumentos se destaque (Clase media o clase baja)
Cada quien vera por quien vota, de hecho, esa no es la materia, esta columna no pretende acercarse a esas discusiones o debates. El país cambia, claro que cambia, ojalá cambie más en las regiones, en varias de ellas todo parece más lento y hasta arcaico. Lo irónico es que los Rodrigos y las Francias o las Francias y los Rodrigos, vienen de provincia y son como la mayoría de gente de provincia, sean de clase media o de clase baja.

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Jose Antonio Soto Murgas: