Es fácil entender que el abandono al que han sido sometidos históricamente los mercados públicos como centros económicos y comerciales para el abasto popular, conlleva a que cada vez que se presenta una crisis en torno a ellos, se convierta en un asunto complejo de manejar. De hecho, para los mercados públicos sobrevivir frente a los grandes centros comerciales de un lado y la economía informal por el otro, no ha sido fácil. Es claro que las centrales de abastos populares, siguen gustando, gracias a que mantienen su identidad generando ventajas al consumidor como el trato más directo, mejor calidad, vecindad y menor valor de los productos, además de variedad.
Hablar de mercado público, implica temas educativos como el agua, la basura, el manejo de residuos sólidos y orgánicos y responsabilidad con el medio ambiente; implica limpieza y calidad de los productos y precios de los mismos; seguridad y horarios; un responsable manejo energético. Implica la revisión y actualización de los reglamentos de un mercado.
Cualquiera de las acciones en salud pública que busque mejorar la salud y el bienestar de los individuos y de las comunidades, debe ser bien vista, y entenderse como una responsabilidad de las autoridades territoriales, llámese alcaldías municipales, en quienes recae la protección de la salud en los municipios, como un derecho esencial, individual y colectivo, en función de la calidad de vida.
El Mercado Público de Valledupar está en una situación de riesgo por las condiciones sociales y sanitarias agravadas por la pandemia, frente a lo cual corresponde garantizar de una manera integrada, la salud de la población por medio de acciones de salubridad dirigidas tanto de manera individual como colectiva. El tema trasciende el sector salud, pero cualquier acción que se pretenda adelantar debe tener presente este aspecto.
Cerrándolo o no, lo importante es fortalecer las condiciones sanitarias del Mercado Público de Valledupar, lo cual amerita las acciones de salud pública que correspondan y amerita que las autoridades locales y los comerciantes hablen el mismo idioma.
Frente al covid-19, lo mejor es trabajar en equipo, con el alcalde a bordo, liderando desde su condición de autoridad, con las secretarías de Gobierno, Salud y Tránsito y con el compromiso de los comerciantes. ¡Ese barco si se deja navegar solo, se hunde!
Para lo que no que no se estaba preparado, es muy difícil que se hubiera planeado, ya en el problema, lo importante son las soluciones. Si el trabajo que se haga resulta favorable la que gana es la ciudad, es por el bien de todos. Seguro implicará sacrificios.
Ya vendrá un futuro, ojalá cercano, donde los entes territoriales tendrán que fortalecerse en salud pública y donde los mercados públicos asuman y se traten con mayor eficiencia sanitaria.