En el contexto de una audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), 13 exmiembros del Batallón de Artillería Número 2 La Popa, reconocieron y entregaron detalles de lo que fue su participación en el homicidio de dos indígenas.
El atroz suceso, que aún mantiene llena de dolor a la comunidad indígena, ocurrió en una vereda ubicada en Atánquez, corregimiento del municipio de Valledupar, el 9 de febrero del año 2005.
Durante esta audiencia, llevada a cabo en el auditorio del colegio CADS Simón Bolívar, los comparecientes dieron a conocer detalles sobre el caso, el cual había sido inicialmente presentado como una baja en combate de miembros de las Farc.
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El doble homicidio involucró a Nohemí Esther Pacheco Sabatá, una joven indígena wiwa de tan solo 13 años, y Hermes Carrillo Arias, un kankuamo de 23 años, quienes fueron asesinados con fusil y, posteriormente, sus muertes fueron fraudulentamente registradas como un enfrentamiento con guerrilleros.
El magistrado José Miller Hormiga, vicepresidente de la JEP, presidió la audiencia en la que los exsoldados aportaron sus testimonios sobre el falso positivo, en el que se involucraron los testimonios falsos y la manipulación de pruebas.
En este caso, los exmilitares fueron imputados por delitos como concierto para delinquir, homicidio agravado, homicidio de persona protegida, fraude procesal y falso testimonio. Entre los imputados se encuentran Alejandro Angulo Ascensio, Bernardo Alberto Aguilar, Jorge Luis Carrillo Cantillo, y Ronald Enrique Acuña Díaz, entre otros.
Entre los testimonios está el de Alejandro Angulo Ascensio, quien se encuentra actualmente preso en la ciudad de Santa Marta. Este hombre relató la forma en la que le disparó a Hermes Carrillo Arias, quien había logrado escapar tras la operación.
“Recuerdo que ocurrieron los hechos, escuché los tiros. Unos 20 minutos más tarde el soldado Molina fue a revisar los cadáveres y el muchacho (Hermes) se lanzó por un barranco de la carretera. El sargento dijo que esperáramos que aclarara más porque estaba muy oscuro y nos mandó a hacer un registro. Como 5 minutos demoré caminando y encontré a Hermes Carrillo debajo de un caño, como en un hueco, estaba sin camisa, como rezando. Cuando yo lo vi me sorprendí y él se sorprendió. Desafortunadamente, disparé mi arma”, dijo.
Este tipo de testimonios forman parte del proceso de la Audiencia de Seguimiento al Régimen de Condicionalidad y Cierre de la Fase Dialógica, en la que los exsoldados buscan aclarar su responsabilidad y resolver su situación jurídica frente a la JEP. La audiencia ha sido clave para entender las dinámicas de los falsos positivos y el impacto que tuvieron en las víctimas y sus comunidades.
Por su parte, Pedro Loperena, líder del pueblo Kankuamo, manifestó que estos relatos han sido desgarradores para la comunidad que aún no se repone de este episodio de violencia.
Indicó que nada compensará el asesinato de estas dos personas y llegar al perdón será un proceso complejo luego de tanto dolor y daño causado.