En las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz se llevó a cabo el XI Simposio Internacional sobre la Calidad de la Energía Eléctrica SICEL 2023, al cual asistieron especialistas de todo el mundo, quienes se reunieron para discutir y compartir conocimientos sobre la transición energética, la compatibilidad electromagnética y la calidad de la energía eléctrica en sectores del país.
El evento tuvo como objetivo señalar que cada país debe tener una versión de transición energética según sus prioridades de desarrollo, dado que según expertos en economía presentes en el encuentro, Colombia es todo lo contrario a países europeos o desarrollados, que tienen alto consumo per cápita de energía, que son altas emisiones de gases de efecto invernadero, producción de tecnología e importación de combustibles.
“Nosotros tenemos bajo consumo de energía por persona, exportamos combustibles en vez de importarlos, y compramos tecnología en vez de venderla. Somos diferentes, y por ende nuestra transición debe ser adecuada a nuestras necesidades. Los países desarrollados son los más contaminantes, por lo que requieren con urgencia dar el paso hacia la descarbonización, y los países latinoamericanos no son los grandes contaminantes y contamos con matrices energéticas relativamente limpias”, expresó Juan Benavidez Estévez, experto en economía de minerales e investigador asociado a la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo).
Los especialistas en temas de energía eléctrica indicaron que el país es considerado como una de las naciones con bajo consumo de energía, lo que conlleva a no requerir de una transición energética abrupta, lo que necesitaría sería aumentar el consumo de energía y ser responsable con ese aumento, hacer una transición de manera que se pueda invertir en eficiencia energética, electrificación en el transporte masivo urbano, y ser razonable.
“Hay que tratar de poner en contexto la dificultad de una transición acelerada sin que haya grandes sobrecostos para la sociedad, y tener presente unas cuantas líneas sencillas de intervención, que son la eficiencia energética, con la cual las pequeñas y medianas empresas serán más competitivas y la electrificación del transporte masivo, permitiendo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o las emisiones de material particulado, que son las que causan enfermedades respiratorias que conducen a fallecimientos y enfermedades pulmonares”, agregó Benavidez.
Por su parte Camilo Younes Velosa, vicerrector de Investigación de la UNAL, calificó los pronunciamientos como una “patada al tablero” en el tema de transición energética, puesto que hace un llamado de atención y presenta una realidad que a veces se pierde de vista por estar repitiendo discursos de otras latitudes sin tener claro el contexto colombiano desde una perspectiva de uso y de generación del recurso energético.
“No es que aquí no se necesite, sino que primero necesitamos reindustrializar el país para que incremente el consumo per cápita y tengamos un país con mayor riqueza. Cada vez usamos más recursos energéticos, de lo que llamamos energías limpias, y Colombia lo debe seguir haciendo, pero debe entender que su transición energética no es la misma que en Alemania o Suecia, por ejemplo”, explicó.
Asimismo, señaló que el elemento financiero es la problemática más grande que existe en el país en transición energética, porque la banca no ha generado instrumentos para que el ciudadano de a pie, pague o invierta en esas nuevas energías.
“Hoy pagamos un recibo de energía mensualmente, ahora la gente tendría que invertir 5 o 10 millones de pesos para instalar paneles solares para tener una energía más barata a mediano plazo, pero inicialmente hay que tener el dinero en efectivo a la mano, lo cual implica que haya un instrumento financiero que te permita invertir y diferir a cuotas mensuales en el lapso de un tiempo estipulado”, concluyó Younes.
POR REDACCIÓN/EL PILÓN