El aumento de las construcciones en Valledupar ha traído grandes beneficios para la ciudad, en tema de economía y empleos; aumentan los edificios, los locales y centros comerciales, así como proyectos de viviendas familiares, que consigo traen problemas para la disposición de los escombros que generan las construcciones.
Esto debido a que la capital del Cesar sigue sin escombrera y aunque ha sido tema de debate en los recientes años, no se ha logrado una solución para ello, a pesar de los llamados que en su momento hizo la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, a la administración municipal.
Tanto que en 2016, el Juzgado Sexto Administrativo Oral de Valledupar exigió cumplir con el mandato administrativo del Ministerio de Medio Ambiente que emitió en 1994, donde establece que los municipios deben seleccionar obligatoriamente los sitios específicos para la disposición final de los materiales y elementos, pero aquí no se ha cumplido.
Pese a que en ese momento, se le dio un plazo de 60 días al alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, para realizar los trámites administrativos que se necesitan para la disposición final de los materiales y elementos, han pasado dos años y el municipio continua lleno de escombros en cualquier lote que encuentran los carromuleros, ya que no hay escombrera.
EL PILÓN ha visibilizado desde su sección de Comunidad las denuncias que hacen los habitantes de los diferentes barrios de Valledupar porque sus lotes los han llenado de montañas de escombros, una situación que no es ajena a los corregimientos, en cuyas vías de acceso, como el caso de La Mesa, se observan los escombros.
Ante esto, el presidente de la Asociación de Carromuleros de Valledupar, José Calderón, dijo que esto ha sido una problemática de hace tiempo y por lo cual el gremio ha venido luchando para que las administraciones dispongan de una escombrera. “Nosotros venimos desarrollando el trabajo utilizando lotes y llevándoselo a gente cuando lo pide parar rellenos, y otros lugares que infortunadamente son prohibidos porque a la falta de escombrera se nos dificulta tener un sitio especifico”, expresó el líder de esta comunidad.
Aseguró además que hay una falta de administración que debe ponerse firme en esa decisión. “llamado que hacemos nosotros es que nos solucionen ese tema que genera problemas en la ciudad, sobre todo con el gremio de carromuleros que viven de eso y se les ha dificultado más con el nuevo Código Nacional de Policía”, acotó.
Calderón reitera que se le ha hecho un llamado al alcalde municipal, pero lo ha tenido solución. “El lote del Idema nos lo habían entregado para depositar, pero la falta de planeación y compromiso generó una acumulación numerosa y los resultados fueron incendios donde se perjudicaron otras personas y la Alcaldía optó por cerrar, porque no hubo acompañamiento de parte de los entes encargados”, precisó.
En Valledupar hay censados 343 carrumuleros, de los cuales 27 fueron beneficiados con el programa de reconversión, pero unos 130 aún sobreviven del traslado de podas y escombros, por lo cual podrían cobrar entre 30 y 50 mil pesos por viaje, dependiendo la cantidad y la distancia.
NO ES LABOR DE LA EMPRESA DE ASEO
Por su parte, el gerente de Aseo del Norte, Cristian Martelo, recordó que la recolección de los elementos de construcción y demolición no es una actividad propia de empresa, está por fuera de los lineamientos y de los objetivos de la prestación de servicios que tiene la misma.
Sin embargo, el funcionario aseguró que en algunos momentos les ha tocado atender puntos críticos de la ciudad que tienen residuos ordinarios mezclados con demolición de concreto.
“Le corresponde a la administración municipal garantizar la prestación de ese servicio, aunque nosotros sí estamos interesados en la prestación de ese servicio y hemos hecho el análisis macroeconómico y técnico de la prestación. Consideramos que sí lo podemos hacer, pero lógicamente necesitamos autorización de las autoridades competentes, dado que no sea un tema a priori sin su debido aval por parte de la administración”, recalcó Martelo.
El gerente de Aseo del Norte dio a conocer que son alrededor de 18 puntos críticos atendidos por la empresa, pero donde más se repite el caso es en Brisas de La Popa, salida al corregimiento La Mesa, Villa Corelca, Villa Taxi y la zona centro. Todo lo que allí se recoge va aparar al relleno sanitario, en ese tipo de situaciones.
Martelo recordó que la escombrera es un proyecto importante ante el auge de construcción que tiene Valledupar, donde hay más de 150 mil metros cúbicos de licenciamiento y alrededor del 60% de esos proyectos alcanzan a realizarse. “Esto significa que Valledupar está generando más de 90 mil metros cúbicos de volumen de escombros y en tonelada estaríamos hablando de 100 mil toneladas”, acotó.
Es una cifra importante para lo que se requiere la construcción de escombrera para que no se utilicen lotes en las zona residenciales, que terminan convertidos en puntos de depósitos de basura y escombros en general.
Esta actividad se debe hacer a través de un servicio adicional, de un tercero que recoja el escombro y lo deposite en un sitio donde se pueda hacer disposición adecuada, como se hace con las basuras; y al parecer esta es la solución que encontró la actual administración municipal.
EL PILÓN habló con el jefe de la Oficina Asesora de Planeación Municipal, Franklin Daza, sobre lo que ahora técnicamente se llamaría planta de disposición de residuos de construcción y demolición.
El funcionario explicó que a partir del estudio del 2015, donde una consultoría que se hizo en la administración de Freddy Socarrás Reales, se les dio unas pautas generales de la posible ubicación de la escombrera.
Hubo tres lotes opcionales que tenían las características necesarias, pero una vez comenzó este gobierno y a raíz de varias situaciones que se presentaron con los carromuleros y algunas comunidades, la administración municipal optó por una alternativa provisional que al final les generó inconvenientes y decidieron descartarla.
“Fue la disposición de residuos de podas, que era la problemática en ese momento se tenía en algunos puntos críticos, para lo que se dispuso el lote del Idema, una zona donde Aseo del Norte se comprometía día de por medio a evacuar hacia el relleno sanitario, pero era tanto el volumen que que fue sobrepasada la capacidad operativa y eso colapsó”, dijo el funcionario.
El jefe de Planeación dijo que a partir de ahí retomaron y solicitaron a Corpocesar para que les diera un concepto ambiental sobre los lotes que dispuso el estudio, para ver cuál era el más aceptado ambientalmente para luego hacer la convocatoria a unos operadores privados para que hicieran la propuesta de manejar la escombrera.
“El pasado 22 de marzo, la corporación contestó dando el concepto de viabilidad, pero no dio específicamente el lote que querían asignar. El 6 de abril fuimos más puntuales y mandamos las coordenadas. Uno de ellos era la ladrillera de Valencia y la mina El Cielo”, acotó.
A raíz de la necesidad que hay de resolver esto definitivamente, el Gobierno entró en conversación con unos posibles operadores privados, que ya tienen la intención de presentar una propuesta, donde ellos tienen la opción de lote en la vía a La Mesa, por temas de distancia, porque la sostenibilidad y el cierre financiero de este negocio depende de las distancias para transportar los escombros.
“Ellos están proponiendo una operación totalmente privada y esperan del municipio que genere las condiciones del Código de Policía y difusión informativa para que la comunidad se acoja a los lineamientos que determina la ley para que todo tipo de escombros sea llevado por personas idóneas. Teniendo ellos esa garantía van asumir el compromiso de operar totalmente la disposición de estos residuos”, explicó Daza.
Una vez los operadores radiquen la propuesta, la administración municipal hará un estudio interno con la Oficina Agroambiental, pero deben además pasarlo a Corpocesar, para la viabilidad ambiental. “Es un lote que tuvo una utilización en la extracción de material de cantera y hay dispuesta una excavación que a ellos les serviría empezar a llenar”, precisó el asesor de Planeación.
El funcionario dijo que se espera que en este mes de abril, se tenga una decisión para iniciar esa operación. Así las cosas, el municipio en ninguno de los escenarios va a ser el operador de la escombrera, sino un tercero con los requisitos que la norma establece.
Pero mientras todos esos trámites avanzan, Valledupar sigue con el problema de los escombros tirados en cualquier lote. Pero esto no sólo es por falta de la escombrera, también incide la falta cultura ciudadana sin tener en cuenta el daño ambienta que se le causa a la población.
En la administración de anterior se había pensado en que una de las mejores opciones para ubicar la escombrera sería la vía que de Valledupar conduce al corregimiento de La Mesa, desde el punto de vista urbanístic, sin embargo todo quedó en propuestas y se espera que la posible solución que la actual administración plantea se haga realidad.
El principal inconveniente de la escombrera es que los vehículos de tracción animal no han sido retirados de la ciudad, y estos se encargan de botar todo tipo de desechos en lotes a cielo abierto. Por esta razón, la Alcaldía de Valledupar le ha tocado acudir a planes de contingencia junto a Aseo del Norte con jornadas que se hacen para recuperar zonas que se han ido convirtiendo en puntos críticos.
Una vez se dé el proyecto de la escombrera, la administración deberá aplicar una segunda etapa de la reconversión laboral de los carromuleros, porque la recolección de los escombros estará a cargo de privados, y este gremio no tendría cabida; además que por norma nacional los vehículos de tracción animal deben salir de la ciudad.
NUEVA REGLAMENTACIÓN
A través de la resolución 0472 de febrero de 2017, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible actualizó la reglamentación para la gestión integral de los residuos de construcción y demolición o escombros en el país, para disminuir a las afectaciones generadas en el ambiente tales como la contaminación del aire, el agua, el suelo y el paisaje.
Según estudios realizados por el Ministerio, en el 2011 se produjeron en las ciudades de Bogotá, Medellín, Santiago de Cali, Manizales, Cartagena, Pereira, Ibagué, Pasto, Barranquilla, Neiva, Valledupar y San Andrés 22.270.338 toneladas de residuos de construcción y demolición.
Esta norma brinda lineamientos para el aprovechamiento y disposición final de estos residuos, mediante la implementación de instrumentos y reglas para las instalaciones de gestión de residuos de construcción y demolición como los puntos limpios y plantas de aprovechamiento, en donde se llevarán a cabo la separación y el almacenamiento temporal con las condiciones mínimas de operación.
Así mismo, se establecen los criterios ambientales para la localización y operación de los sitios de disposición final.
La norma establece un instrumento denominado programa de manejo ambiental para seguimiento al cumplimiento por parte de las autoridades ambientales, el cual instaura obligaciones específicas.
Andreina Bandera Martínez/ EL PILÓN
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