Luzmila de Jesús Cuadros Ariza murió este sábado en el cuarto piso del Hospital Rosario Pumarejo de López, habilitado para pacientes contagiados con covid-19. Esta mujer que se acercaba a los 60 años, dedicó 28, a laborar para este centro asistencial, hasta noviembre de 2020 cuando la despidieron quedándole debiendo siete meses de salario.
Sus últimos servicios los prestó como auxiliar de enfermería en la Sala de Obervación en urgencia de Salud Mental, luego de pasar por diferentes áreas.
Al momento de enfrentar el virus no tenía seguridad social, sin embargo, fue aceptada en el HRPL, donde pasó sus últimos días con complicaciones propias del coronavirus además de afecciones renales y de hipertensión.
Le podría interesar: “Apagaste tu antorcha para dejármela a mí”: rey vallenato Rubén Darío Lanao
Sus excompañeros de trabajo la recordaron como una mujer servicial, siempre dispuesta dar lo mejor.
“Luzmila fue una de esas enfermeras veteranas de aquí del Rosario, muy sonriente, cumplida con su labor, pasó por diferentes áreas hasta que llegó a la urgencia de Salud Mental“, dijo una de sus excompañeras.
Cuando se registró su muerte se inició el protocolo previsto por el Ministerio de Salud para los fallecidos por el covid-19.
Funcionarios de una funeraria recogieron su cuerpo en la morgue del Rosario Pumarejo de López, la cual está justo al lado de Salud Mental donde prestó sus últimos años de servicios en este centro asistencial, donde permaneció 28 años de su vida hasta ser despedida.
A las afueras se encontraban sus compañeros de trabajo y familiares, quienes en una calle de honor le dieron el último adiós mientras que el coche fúnebre avanzaba para partir hacia el cementerio.
“A ella la internaron en el cuarto piso del Rosario Pumarejo como una caridad, ya que no tenía seguridad social como para irse a otro lugar; aquí vivimos una doble pandemia porque se siguen presentando injusticia con nosotros los trabajadores del hospital. Están sacando a las personas que tienen más de 15 o 20 años de servicios, personas que ya son de la tercera edad y les es difícil conseguir empleo en otra parte y a nadie le importa eso luego de servir tanto a una entidad”, expresó una enfermera que pidió no revelar su identidad.
Precisamente en relación a los salarios vencidos al personal médico-asistencial de dicho hospital, un empleado de la Unidad de Salud Mental indicó que desde diciembre no reciben pago alguno.
Esta mujer era madre de tres hijos y residía en el barrio Primero de Mayo de Valledupar.
POR REDACCIÓN EL PILÓN