Hay ídolos que nacen con una estrella y mueren brillando, entre el llanto y aplauso de las masas a las que se entregaron. Este lunes se apagó una de las estrellas que más brilló en esta pequeña galaxia llamada región Caribe: en La Paz, familiares, amigos y miles de seguidores y paisanos, despidieron al ‘Jilguero de América’, Jorge Oñate.
En la plaza que lleva su nombre y bajo la tosca compañía de un radiante sol, políticos, compositores, cantantes y fanáticos, rindieron homenaje a Jorge Oñate, el más fuerte, que durante 40 días, con una fe sostenida en lo increíble, intentó alargar sus días. Pero el destino estaba escrito: Jorge Oñate se despidió del mundo el pasado domingo 28 de febrero, luego de más de 50 años de carrera musical y decenas de éxitos musicales.
Pero no murió una persona, murió un bastión del vallenato tradicional. Perdió ‘La Patrona’, Nancy Zuleta, a su fiel compañero, y perdió la región a un cimiento de ese género musical que engrandeció al Cesar.