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En época de pandemia nació La Caja de Música Live. Un ejemplo de reinvención

Seguramente muchos han escuchado hablar sobre nuevos  proyectos musicales y la manera en la que se ha reinventado el sector cultural para sobrevivir a esta crisis por la que estamos atravesando a nivel mundial.

Si algo es cierto, es que los músicos y su gremio de colaboradores serán los últimos en reactivar sus actividades, debido a que estarán prohibidas las reuniones sociales, conciertos y todo tipo de aglomeraciones y, de eso, viven ellos, de animar y armonizar multitudes.

Pero como bien dicen, de cada crisis nace una oportunidad, y así lo vieron estos jóvenes vallenatos, empresarios, como una manera para resurgir y no dejar morir, a causa de la pandemia, nuestra música y la labor que desempeña cada uno en el sector. Por eso se reunieron Camilo Daza Quintero, productor de eventos, Bryan Cuadro, productor de videos y marketing digital, Carlos Mario Barranco, ingeniero de sonido, y Eduardo Montero, asesor comercial, para en conjunto crear esta idea que se ha materializado a través de conciertos en vivo on line.

Por La Caja de Música Live han pasado grandes exponentes de nuestra música vallenata, quienes han visto en este proyecto la oportunidad para seguir mostrando su talento, y, así mismo, encontrar un sustento, al cual no habían tenido acceso desde meses atrás a causa de la pandemia, puesto que todos los conciertos y presentaciones fueron cancelados por la emergencia sanitaria.

Estos emprendedores crearon una plataforma para permitirle al mundo seguir disfrutando de nuestra cultura y tradición musical, en www.lacajademusica.live los interesados pueden acceder a los tickets que les permitirán disfrutar de los conciertos que han programado cada 15 días, en los que se ha dado cita, una audiencia de miles de personas, en cinco conciertos hasta hoy, en más de 21 países entre los que se encuentran Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina, Venezuela, México, Reino Unido, España e Italia, entre otros, que han disfrutado desde la comodidad de sus casas de la variedad musical que estos ofrecen.

Inicialmente tenían miedos, dudas e incertidumbre, pero gracias a la acogida que ha tenido el proyecto entre el público, han salido adelante con la propuesta que han recibido con agrado y les ha permitido a los espectadores hacer más llevadero el encierro al que se nos obliga o, mejor, se nos convence.

La imaginación va encontrando su lugar y especialmente la asociación, no solo de los mencionados pioneros sino del modelo en que los músicos y los productores comparten el riesgo y las ganancias del evento, las que sin ser jugosas,  como en los periodos normales, ofrecen a todos una oportunidad de trabajo, mantenimiento y presencia en las ‘fanaticadas’.

Poco a poco va quedando claro que la dificultad no solo forja el carácter personal sino también el colectivo.

Los trabajadores de la cultura, del arte y en especial de la música vernácula sí que merecen una gran oportunidad cuando la situación les es adversa e incierta. El sector del entretenimiento y los eventos son vitales para la vida y la fama de Valledupar. 

Categories: Editorial
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