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Embarazos en adolescentes

Hace algunas semanas volvió a encenderse la alarma que puso de manifiesto la necesidad de trabajar en forma conjunta para bajar los índices de embarazos en adolescentes en el Cesar, que cada día crecen sin que se establezcan estrategias efectivas que apunten a ayudarlos desde un marco de valores soportados en el diálogo sincero y constante con ellos.

Se necesita un trabajo sinérgico entre los entes gubernamentales, padres, profesores y comunidad en general, para echar a andar programas efectivos que ayuden a la consolidación de los proyectos de vida de los adolescentes, pero sobre todo que aporten estrategias para eliminar la enorme brecha comunicativa que existe entre adolescentes, padres y maestros, que parecen compartir espacios comunes, pero contrariamente a eso, cada día viven más incomunicados los unos con los otros, tal vez porque poco se dedica tiempo a escuchar, a compartir en familia, acompañándolos en su proceso de crecimiento físico y espiritual de tal forma que ellos puedan entender que su vida sexual requiere de seriedad, compromiso, cuidado y acompañamiento, para evitar embarazos a temprana edad.

Desde los barrios, colegios y hogares, los padres deben comprometerse a reflexionar y entender la necesidad de replantear las relaciones con sus hijos en un marco de armonía familiar en el que el diálogo basado en una escucha efectiva pueda ayudar a detectar problemas derivados de una sexualidad mal orientada.

Es necesario generar un compromiso serio, medible periódicamente para volver a instaurar los principios del compartir en familia, en la mesa y frente al televisor como espacios de orientación que ayuden a minimizar los riesgos de embarazos en sus hijos adolescentes.

Cuando las relaciones afectivas entre padres e hijos mejoran en su comunicación, se convierten en una herramienta valiosa para la prevención de abusos y como tal de embarazos en adolescentes, pues de esta manera podrían hacerle un seguimiento más efectivo a las actividades que ellos realizan dentro y fuera de casa, detectando posibles fallas en el manejo de una sexualidad responsable.

También se requiere desde los colegios, una enorme voluntad de los docentes para ayudar a los jóvenes y mejorar sus relaciones con ellos. Hay que garantizar que el profesor pueda generar suficientes espacios de confianza en sus estudiantes, porque la falta de ellos, está haciendo que los procesos de enseñanza solo se destinen al aprendizaje de saberes técnicos específicos, pues la mayoría de los docentes se sienten presionados a cumplir estrictamente con su programación y por esta razón dedican poco tiempo a reforzar los valores éticos y morales que se constituyen en la mejor herramienta de defensa para hacerle frente a los abusos y riesgos que se desprenden de una mala orientación.
@Oscararizadaza

Oscar_Ariza_Daza: