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El turismo audiovisual

Esta semana salió a relucir Valledupar por el Robo del Siglo, a raíz de la escandalosa comparación, de cara más electoral que altruista,  del senador Antonio Sanguino contra la decisión del alcalde Mello Castro de buscar un socio estratégico para Emdupar. Como nos gusta encontrar los aspectos positivos de estas coyunturas,  hemos recordado el importante beneficio que ha generado para una ciudad ser escenario de la grabación de grandes producciones de cine.

Nos referimos al impacto que ha tenido la Casa de Papel, y el Largometraje Way Down para  Madrid, capital de España.

“Miles de personas de todo el mundo que se convierten en potenciales visitantes de Madrid, con el trasfondo de dos atracos simulados al Banco de España y respaldadas por dos superproducciones audiovisuales. Fuentes de la Concejalía de Turismo recuerdan que ya es habitual ver a los turistas hacerse fotos frente a la Casa de la Moneda y el Banco de España, pese a que estos edificios ni siquiera aparecen en la serie de Netflix”.

El “largometraje, junto con las cinco temporadas de la serie La Casa de Papel, en la que también se recrean grandes atracos, han hecho que la imagen de Madrid y parte de sus monumentos más importantes se difundan por el mundo, con el impacto que eso tiene en el turismo”.

“…En 2019 —último año completo de la pandemia y el posterior confinamiento y cierre de fronteras—, la ciudad batió las cifras de rodajes en la ciudad de la última década, con 66 series y los 35 largometrajes rodados en la vía pública”. (El País)

Esto es frecuente y no son pocas las ciudades que se pelean porque en sus calles y escenarios se haga el rodaje de películas, series y novelas. No solo gastan y generan empleo, sino que levantan el orgullo a sus residentes y muestran sus bondades humanas, históricas, arquitectónicas y artísticas.

Barcelona, Nueva York, París, y pequeñas ciudades del orbe identifican en esos rodajes grandes oportunidades. Para la muestra un botón: Woody Allen en su película

‘Medianoche en París’ convierte el viejo mundo cultural parisino en un atractivo cultural fascinante. Fue la obra más taquillera de Allen en los Estados Unidos. Vicky, Cristina, Barcelona, la rodó en la capital de Cataluña. Los  catalanes quedaron felices.

“Según el último informe de la consultora TCI Research, más de 80 millones de viajeros eligieron su destino basándose en películas y series de televisión. Un interés por el turismo audiovisual que también avala el reciente estudio Cultural Affinity and Screen Tourism-The Case of Internet Entertainment Services (Afinidad Cultural y Turismo de Pantallas-El caso de los servicios de entretenimiento por Internet), elaborado por Netflix en colaboración con la Organización Mundial del Turismo”.

Apostémosle a más telenovelas, a más series, como Purrututú, filmada en esta tierra, próxima a estrenarse en TeleCaribe. Mucho ganamos con que Valledupar haya sido el sitio de un robo que se ha llamado del siglo. Sin política. A partir de esas producciones se puede hacer promoción de ciudad. Con igual fin del 1 al 4 de diciembre nos veremos en el Festival de Cine de Valledupar.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: