Sin duda, uno de los comportamientos culturales más arraigados en el departamento del Cesar es la tenencia y consumo de animales silvestres. Desde aves encerradas en jaulas hasta reconocidas preparaciones gastronómicas son tradiciones ancestrales en los 25 municipios del Cesar.
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Sin embargo, detrás de estas costumbres se esconde un mercado ilícito: el tráfico ilegal de fauna silvestre. Según miembros del Comité Interinstitucional de Control al Tráfico Ilegal de Especies Silvestres, la cultura es el principal obstáculo para erradicar la tenencia y consumo ilegal.
“Está arraigada la tenencia y consumo de fauna silvestre en el departamento. Un animal silvestre representa para muchos una conexión con la naturaleza, pero esa es una perversidad de esa conexión. Debemos disfrutar de la biodiversidad pero sin alterarla”, explica Manuel Suárez, encargado de la parte educativa de la Red de Fauna de Corpocesar.
En los últimos dos operativos del Comité, que cuenta con el apoyo del Ejército y la Policía Nacional, 67 individuos de fauna silvestre fueron incautados. Losoperativos iniciaron en el corregimiento de Mariangola (Valledupar) y en el municipio de Bosconia, donde se incautaron 32 individuos, entre ellos, tucanes, tucanetas, mirlas bajeras y serranas y canarios.
Luego,en un segundo operativo realizado en la vía Bosconia – Cuatro Vientos se incautaron 35 individuos, entre ellos loros reales, mirlas serranas y mirlas bajeras y canarios. Todos los animales incautados fueron trasladados al Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre, Cavffs, donde están siendo sometidos a un proceso de rehabilitación, para posteriormente ser liberados en su hábitat natural.
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Los controles y la vigilancia han permitido detallar los puntos críticos donde es más fuerte este delito. “Se trata de aunar esfuerzos para que el tráfico ilegal de fauna silvestre disminuya, sobre todo en los puntos álgidos, como el corregimiento de Mariangola, Aguas Blancas, Cuatro Vientos; también está la vía entre San Diego y Codazzi, por donde están los corregimientos El Desastre y Los Brasiles. Y otro punto es la vía que conduce a Chiriguaná y Chimichagua”, afirmó Marino José Zuleta, médico veterinario de Corpocesar.
DELITO Y USO
Es fundamental tener claro que la caza de animales silvestres para el consumo familiar no se tipifica como delito, explican los profesionales. Sin embargo, la caza para comercialización sí son sancionadas en el Código de Policía, que en su artículo 101 señala que las personas que transporten, comercialicen o tengan de fauna silvestre (viva o muerta) o sus partes, sin la respectiva autorización ambiental, podrían ser multadas.
“Cuando un campesino captura o mata un individuo de fauna silvestre y lo trae al lugar de vivienda y lo consume con su familia, eso no es tráfico ilegal de fauna silvestre. El delito se tipifica en el momento que el animal es capturado y la persona sale a las vías a comercializarlo”, señalan.
En ese sentido, en el departamento del Cesar los animales más amenazados por su tenencia ilegal pertenecen al grupo de psitácidos, que lo integran las guacamayas y loras. “Estos son los más utilizados como mascotas. Además, los traficantes ilegales que vienen de las grandes ciudades, los compran a los cazadores de los municipios y desplazan esta fauna silvestre a las capitales y de allí a otros países. De fauna silvestre pasan a ser fauna exótica”, agrega el veterinario.
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En materia de consumo, los más amenazados son la guartinaja, la ñeque, la iguana, el venado y la hicotea. El mayor problema en este caso es que gran parte de su hábitat ha sido destruida, por lo que muchos de esos animales se trasladan a zonas urbanas donde son presas fáciles de los traficantes.
A lo anterior se suma que por tradición en Semana Santa se dispara el tráfico y consumo ilegal de fauna silvestre, porque miles de familias evitan comer carne roja, y la reemplazan por carne de monte. Igual pasa en diciembre, durante las fiestas de fin de año.
Además de la sanción, es importante la educación, porque como señalaron los funcionarios, es necesario preservar la fauna silvestre porque “estos individuos cumplen una función biológica en su hábitat natural; dicha función repercute en beneficio directo de los seres humanos”.