El río Cesar continúa siendo una de las áreas del departamento con mayor impacto ambiental debido a que el vertimiento de aguas residuales y los altos índices de deforestación han provocado la modificación ecológica de esa zona natural. Gran parte de la vegetación nativa ha sido reemplazada por organismos vegetales, producto de cultivos que no cuentan con las características para prevenir inundaciones o deslizamientos.
De igual forma la tala indiscriminada de árboles para obtener leña, materiales para la construcción, elaborar utensilios, entre otras actividades, llevaron a que la fuente hídrica se encuentre al borde de un colapso ecosistémico debido a que el suelo y la vegetación nativa que mantiene el equilibrio ha sido “arrancada vilmente”, según el ambientalista Felipe Núñez.
“Las personas carecen a escalas extremas de conciencia ambiental y no hay mayor ejemplo de eso que el río Cesar. El daño que presenta esa área es incalculable; pasarán décadas para que se recupere incluso con verdaderos planes reforestación ambiental”, comentó Núñez.
Así mismo, el ingeniero forestal Sergio Hurtado comentó que la vegetación que está en la ribera del río Cesar ha sido afectada por la intervención del hombre debido a que no es “espesa y abundante” y al no tener esas características no puede retener de manera óptima el agua.
El experto aseveró que dicha cobertura vegetal reduce la sedimentación y sirve como “barrera protectora” para impedir la entrada de contaminantes al medio acuático. Ese recurso de autoprotección ha sido “atacado” porque en el río Cesar es común observar residuos acumulados en las orillas que llegan hasta sus aguas y provocan la contaminación de las mismas.
Precisó que la recuperación de la vegetación de la cuenca es de vital importancia porque contribuye a la conservación de la biodiversidad debido a que brinda las condiciones para la presencia de especies terrestres y acuáticas, entre estas aves, anfibios, ranas, reptiles, entre otros.
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500 ÁRBOLES PARA QUE ‘RESPIRE’ EL RÍO CESAR
El día de ayer algunos funcionarios de la Secretaría de Ambiente del Cesar se desplazaron a la fuente hídrica para sembrar 500 árboles a los alrededores de la cuenca con el propósito de recuperar la biodiversidad de la zona y plantar especies nativas como el corazón fino, algarrobillo, entre otras.
“Es importante reforestar a los alrededores del río porque permite recuperar la biodiversidad pérdida; además, los árboles se convierten en un regulador hídrico que previene que la cuenca se salga de su cauce. Se le hará seguimiento al desarrollo de los árboles y se continuarán implementando más acciones para recuperar la fuente hídrica”, manifestó el secretario de Ambiente del Cesar, Andrés Meza.
El funcionario aseveró que el gobierno departamental está haciendo las gestiones pertinentes para subsanar el daño ambiental que existe en la zona. Comentó que están a la espera de los estudios del Ministerio de Vivienda para la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR, la cual disminuiría el impacto ambiental que genera el vertimiento de aguas contaminantes en la cuenca.
EL RÍO DE ESPUMA
De acuerdo con la organización Protección Ambiental Valledupar, una de las principales cargas contaminantes que recibe el río Cesar proviene de los vertimientos de aguas residuales de la laguna de oxidación Salguero y de otros municipios como La Paz. Además de esto también es una “letrina” doméstica de la comunidad que reside cerca a la cuenca.
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En ese sentido, la ingeniera ambiental Gabriela Arregocés explicó que los vertimientos del sistema de alcantarillado, actividades domésticas, comerciales y agropecuarias son unos de los principales factores que alteran la composición del río, que pueden hasta provocar que llegue a ser tóxico.
“Es necesaria una intervención en el manejo de los vertimientos de aguas residuales en el río Cesar porque la contaminación orgánica y de material fecal es abismal, especialmente en el área donde está ubicado el Puente Salguero. Es preocupante la cantidad de bacterias fecales que han afectado la composición del río”, manifestó la experta.
Al respecto, el coordinador de Saneamiento y Manejo de Vertimientos de Corpocesar, Eduardo López, aseveró que gran parte de los Planes de Saneamiento y Manejo de Vertimientos, PSMV, se encuentran vencidos, precisando que a la fecha solamente los de los municipios de Manaure, Aguachica y Pueblo Bello se encuentran vigentes.
“La mayoría de los municipios no están cumpliendo con la calidad de los vertimientos que exige la Resolución 0631 del 2015, por lo tanto la corporación a medida que va realizando visitas de control y seguimiento va enviando a la oficina jurídica los incumplimientos de la resolución y de la normativa ambiental”, explicó López.
Agregó que los PSMV de Valledupar, Bosconia, San Diego, La Paz, entre otras localidades, se encuentran en trámite. Una vez que sean finalizados la entidad ambiental podrá ejercer un control legal sobre la disposición que hacen dichos territorios sobre el vertimiento de las aguas residuales.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN
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