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El problema de la pobreza

Aparte de este grave problema que vive la humanidad por la pandemia del virus covid-19, existen otros que son de una connotación sobresaliente y preocupante, por eso no solo vivimos pandemia sino sindemia (varias pandemias juntas).

En este tema, que ha aumentado a nivel mundial con motivo del virus, inclusive agregándole más miseria a la población mundial, digamos que todas las naciones se encuentran muy preocupadas por la pobreza; en tal sentido, se han llevado a cabo esfuerzos intensivos en todos los países para desarrollar recursos y para incrementar la productividad, y claro, con ello, lograr una mejor calidad de vida. 

Para el concepto de pobreza, desde el punto de vista del bienestar de la gente, nos interesa el ingreso como una medida de la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar per cápita o por familia.

La pobreza la consideramos en términos de bienes y servicios consumidos. El consumo de un cierto mínimo de estos es necesario para la subsistencia. Ocasionalmente, algunas personas son incapaces de obtener lo suficiente para subsistir y mueren a consecuencia de la inanición o de la intemperie. El hambre, como consecuencia de esta peste, contribuye a que se presenten estas situaciones. Casi siempre la pobreza se ve en términos relativos más que absolutos. El hecho de que se juzgue pobre a una persona depende de la comunidad donde vive.

La existencia de la pobreza es una preocupación en todas las naciones. Para combatir la pobreza algunas personas y organizaciones de caridad hacen donaciones a personas consideradas muy pobres. En este panorama el gobierno colombiano ha establecido una estrategia económica para contribuir como un paliativo con su bienestar.

Al abordar el caso de la pobreza hay que hablar de la incidencia del crecimiento de la población, ante lo que podemos decir que la tasa a la que crece una economía depende de la tasa relativa de crecimiento de la producción y de la población. En cierto sentido, el progreso económico es una carrera entre ambos crecimientos. Si es mayor el crecimiento de la población, la producción per cápita baja; si la producción aumenta a una tasa más rápida que la población hay progreso económico. Muchos autores han expresado ideas y teorías respecto al posible resultado de esta carrera entre producción y población. Uno de los escritores de este tipo más pesimista y más famoso fue Tomas Malthus, un clérigo inglés. En la segunda mitad del siglo XVIII, predijo que, aunque la oferta de alimentos seguirá aumentando en el mundo, el crecimiento de la población sería más rápido y mantendría el hambre en nivel de vida de mera subsistencia.

La experiencia actual indica que Malthus no tomó en cuenta muchos factores al hacer sus predicciones; Malthus vivió durante un periodo de cambios tecnológicos muy lentos, y se basó en las condiciones que existían en el siglo XVIII. No   fue capaz de prever la posibilidad de controlar la natalidad, ni los grandes gastos en investigación, ni los rápidos cambios en la tecnología que caracterizan a muchas naciones en el siglo XXI. Sin embargo, todavía al presente, cerca del 70 % de la población que en estos momentos está en 7.750 millones, se encuentra viviendo en condiciones similares a las que Malthus predijo para todo el mundo.

Hay países en los que cuya población actual vive en niveles cercanos al de subsistencia, también en las naciones más desarrolladas, aunque se esté trabajando mucho para mejorar los niveles o calidad de vida de la gente. Finalmente, es preciso conocer que los efectos del crecimiento actual de población sobre el progreso económico son básicos. El hambre como resultado de la pobreza está superando los índices de producción, es decir, el hambre es una verdadera pandemia. ¿Será que tendremos que repartir con sindéresis los alimentos o necesitamos más de un planeta para satisfacer las necesidades que exige la población mundial? 

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Hernan_Maestre_Martinez: