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El festival del jingle

Por: Nurys Pardo
Estamos abismado, la creatividad  de nuestros juglares ha sido tanta, que habría de integrar jurados de calificación para juzgar cuales son excelentes, los regulares, los malos, para luego hacer una relación rigurosa distinguiendo en los lugares principales y seguramente así premiar  a los ingeniosos, tal como sucede cada año en el Festival de la leyenda Vallenata.
Esta modalidad es la que está matando a la clase política nativa, se preocupan más por verbal que por lo formal, esa evasiva postura, esconde el verdadero y fundamental principio de claridad ideológica, que es lo básico de estas lides, nada más aburrido y monótono que  sintonizar la radio local, para escuchar tantas sandeces y posturas disimiles de los postulados, quienes al no tener nada que decir, proponen mucho y hacen nada y cuando medianamente quieren hacerlo, terminan metiéndose donde no caben, porque solo los que se postulan a gobernadores y alcaldes , son los que una vez elegidos llegan a realizar obras, por lo cual deben inscribir sus programas de gobierno, no así sucede con los aspirantes a las asambleas, concejos y juntas administradoras locales.
El ejemplo veraz y más significativo, es el de un aspirante al concejo quien ofrece nada más ni nada menos, que gastar sus honorarios devengados en la corporación en ron con todos sus electores, considero que de esa manera pagará el favor, creo sin resquemor y lo digo sin pena,  pero con firmeza, que esos ciudadanos lo que buscan es pasarela y aplausos, nada distinto.
Nada ni nadie es más inoperante que una administración llámese departamental o municipal, con una bancada irresponsable e ineficaz, por cuanto allí no fluye el debate, las ideas escasean y los proyectos faltan, llevando al ente gobernado a la más pobre ejecución social, política y moral, cuyos frutos adversos van a recaer en la sociedad que de estos depende.
Para Valledupar, específicamente, la ley dispone que por su categoría, sean elegidos diecinueve concejales, pero de los muchos postulados, creo unos cincuenta son capaces de desempeñarse con la idoneidad requerida, por eso el análisis debe ser  previo, incluso muchos que ostentan credenciales hoy, según el decir de la comunidad, quizás  no merezcan continuar allí; otro tanto ocurre con la asamblea departamental, donde no todos los diputados tienen reconocimiento por su trabajo, pues su inopia mental mostrada, los hace acreedores a quedar sin la curul.
Vote bien, hágalo por usted mismo, así se economizará penas futuras.
NURIS PARDO CONRADO
nurispaco@hotmail.com

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