Cada 15 de mayo en Colombia se reconoce el esfuerzo, la dedicación y el compromiso de trabajar en el sector de la educación a docentes, profesores o maestros, mismos que a diario contribuyen con la formación de las nuevas generaciones y el futuro del país.
Los docentes que por años han luchado por unas condiciones dignas y en pro del beneficio de la comunidad, desde el 15 de mayo de 1950 cuando el papa Pío XII nombró al sacerdote y docente San Juan Bautista de la Salle como patrono especial de los educadores; mismo año en el que el entonces presidente de Colombia Mariano Ospina Pérez adoptó el día como oficial para convertirse en un referente de una educación digna.
Una lucha que ha sido constante y agobiante en el sector de la educación y que para la mayoría de los educandos dentro del país, tal y como lo expresó Marlene Rincones López, ha dejado una deuda impagable por parte del Estado.
“El Estado hace muchos años está en deuda con la educación. Nos hacen falta muchos recursos técnicos y tecnológicos para estar al nivel de la educación que se les debe brindar a los niños y jóvenes. La infraestructura es muy deficiente, está en muy mal estado y la seguridad en los colegios es nula”, manifestó Marlene Rincones López, docente de Lenguaje de Señas.
Las condiciones para algunos docentes no están dadas desde los gobiernos de turno. El interés que manifiestan en sus mandatos hacia los profesores ha generado una decadencia ante los indicadores de equidad, según los maestros consultados.
“El Estado tiene toda una estructura, una organización y unos lineamientos que permitirían que los maestros tuvieran las condiciones que se merecen, pero es el ejercicio de cada uno de los gobiernos de turno que focalizan sus esfuerzos en otras actividades diferentes a la educación. En mi perspectiva valoran muy poco a los maestros y no apoyan a la formación educativa, especialmente hablando de la educación pública”, agregó Jampier López Montenegro, rector de la Institución Educativa Rodolfo Castro Castro del corregimiento de Mariangola.
De la misma manera ocurre con Alexander Oñate Camargo, docente que lleva toda una vida sirviendo al sector de la educación, pero que se ha visto afectado por las pocas condiciones que se le han brindado a la lucha que ha venido realizando por defender los derechos de sus colegas y compañeros.
“El estado no nos brinda ninguna garantía, en este momento precisamente estoy bastante afectado de salud por estar defendiendo el derecho de los docentes amenazados. Una entidad que no nos paga y sin posibilidad ni siquiera de atender las situaciones de salud. Es triste el trabajo docente en Colombia bajo estas condiciones”, puntualizó Oñate Camargo.
Sin embargo, las difíciles circunstancias, según expresaron algunos de ellos, han sido poco permeables ante las motivaciones que los inspiran a seguir contribuyendo a través de su vocación en la transformación social que necesita el país.
“Lo que más me motiva es la relación diaria con los niños, el verlos crecer en conocimientos, el ver que llegan al aula sin ningún tipo de comunicación y a las pocas semanas se comunican más de la cuenta. Me gusta ver las caras de las madres cuando me dicen: ‘Profe ya mi niño me pide en lenguaje de señas’”, agregó Rincones López.
El 15 de mayo se convirtió para ellos más que en una celebración en una fecha de reflexión en la desean sean garantizados sus derechos no solo como ciudadanos colombiano sino como educadores y transformadores del país.
“Esta fecha es muy importante para nosotros los docentes, sobre todo para reflexionar y que se nos garanticen nuestros derechos. Es una fecha que marca la lucha incesante que hemos tenido y que no parará hasta que se nos atienda el llamado”, aseveró Leonel Borja, docente de Educación Física del colegio Semillas de Amor.
Por Melissa Valle