Era diciembre del año 1990 cuando el periodista Gustavo Brugés Rodríguez, cariñosamente apodado ‘El Curro’, me propuso que hiciéramos un noticiero nocturno. La idea no era descabellada, a pesar que las emisoras de cadena como RCN, Caracol y Todelar abarcaban el mercado noticioso y publicitario, las 24 horas.
‘El Curro’ fue un radioperiodista de esos que erróneamente llamamos empírico, oriundo de Fonseca, La Guajira, fue uno de los precursores del periodismo radial de Valledupar y la región. Tenía la capacidad ingénita de escuchar un discurso de 40 o 50 minutos y resumirlo en dos o tres noticias.
‘El Curro’ falleció a sus 69 años, en 1998, se inició en la radio de Barranquilla y posteriormente llegó a Valledupar en donde laboró como radioperiodista en Ondas de Macondo, La Voz del Cañaguate y Radio Guatapurí.
El día que me hizo la propuesta estaba despechado, porque “lo habían sacado” de Radio Guatapurí junto con otros colegas. La familia Araujo Noguera, asociada con otros gamonales de la ciudad había comprado la emisora a la familia Pineda.
‘El Curro’ quedó sin trabajo y a pesar que estaba en pleno uso de sus facultades, nadie lo apoyaba después de tantos años de dedicación a la radio.
Yo era corresponsal del periódico El Heraldo en la región. Con esa poderosa casa editorial barranquillera pacté un trueque (llámese pacto laboral) que consistía en hacer la corresponsalía periodística y me pagaban mensual por noticias y fotografías publicadas. Esa modalidad –tan irregular- sigue aún en poderosos medios como El Tiempo, Caracol y RCN radio y televisión. Se trata de algo denigrante para los periodistas, pero es lo que hay.
Con El Heraldo crecí, aprendí y con dedicación y muchos sacrificios familiares y personales hice mi trabajo de manera honesta y profesional. La propuesta de ‘El Curro’ me gustó, aunque siempre me he sentido más cómodo en prensa escrita que en radio o televisión.
Días después acepté la propuesta que ya había discutido con colegas como Gustavo Cuello, Isaac León, Javier Fernández, Carlos Alberto Atehortua y Crispín Rodríguez, entre otros.
Iniciamos el periplo por esa hazaña. Acordamos el nombre ‘Noticiero de las 9’ con eslogan “Para que amanezca bien informado”, para transmitir de 9 a 9 y 30 de la noche de lunes a viernes.
Descartamos a Radio Guatapurí, por los motivos narrados y fuimos a plantearle la propuesta a Aníbal Martínez Zuleta. Lo encontramos sentado en un taburete en la puerta de entrada a su emisora La Voz del Cañaguate.
A Aníbal le pareció interesante la propuesta y pidió $45 mil mensuales. Nosotros pegamos el grito en el cielo. Quedamos de una sola pieza. Regateamos con él la rebaja de $15 mil y no aceptó. Nos fuimos frustrados, desvalidos, nos subimos a mi moto FR-80, en la misma que paseé una noche a Isabela Santodomingo, cuando aún no era famosa, buscando empanadas, y al Rey de Reyes ‘Colacho’ Mendoza.
Sin decirle nada a ‘El Curro’ partí raudo para Radio Guatapurí y justamente apareció sonriente Álvaro Araujo Noguera (quien cumple tres años de fallecido).
Hablamos con él, era el gerente, su respuesta fue una bomba: “Genial, el espacio radial vale $50 mil y hay que pagar un mes adelantado”. “Nooooo doctor Araujo muy caro y tampoco tenemos para adelantos”, dijimos en coro.
Llamó a la secretaria, habló con ella y su respuesta fue: “el adelanto lo pagan después. El espacio vale $40 mil. Le ofrecimos $25 mil y él pidió $30 mil. En esto último pactamos y comenzamos el 9 de marzo de 1991 con el ‘Noticiero de las 9’ que revolucionó la radio de la región. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com @tiochiro.
Por Aquilino Cotes Zuleta