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El Cesar y Valledupar recibieron con ovación a dos gobernates de lujo

Nombres muy conocidos y de impacto son los que figuran con beneplácito, y lo digo así, porque ese día pasó a la historia como la imposición de bandas para el mismo período gubernamental a dos descendientes del servicio. Uno de la línea de Pedro y Aníbal Castro Monsalvo y por último, no menos importante, de ¡Don Pepe Castro!

El otro, de la línea de Doña Elvia Cerchar, Lucas Gnecco y Wenceslao Monsalvo, personajes que cada uno desde sus facetas le sirvieron a Valledupar y al Cesar.

Tenía que recordarlo para refrescar un poco y no sollozar sobre las divisiones políticas que todavía carcomen a muchos vallenatos y, en cambio, recalcar que los gobernantes que recibimos traen consigo la estampa de la juventud, del dinamismo, del liderazgo y, ante todo, del servicio a la comunidad.

Nuestra ciudad y nuestro departamento deben dejar de lado el inconformismo sin argumentos, el ataque por redes en desmérito de las funciones cumplidas, las arremetidas de un sector de la prensa que sin argumentos sólidos desnaturaliza el principio democrático de elegir y ser elegidos, que no es más que una dualidad entre representación y prestación de servicios.

Es hora de reconciliarnos políticamente. Es hora de identificar los grandes huecos que atormentan la progresión en temas cruciales para el desarrollo de los vallenatos y cesarenses. Es hora de que el trabajo sea conjunto y por ello considero que el voto de confianza recibido tiene un toque de “queremos avanzar más”

Llegaron dos seres humanos apacibles, pero contundentes, con ganas al cien por ciento de trabajar por el progreso de los cesarenses y vallenatos, a quienes desde el día cero pudimos verlos poniéndose al tanto de cada una de las responsabilidades que les entregó el respaldo popular. De admirar y de aplaudir, porque el trabajo no empezará, ya ellos están haciendo lo propio. No esperaba menos porque en medio de sus personalidades silenciosas, traen consigo el ímpetu de una generación que sabe gerenciar, que a diario se instruye y que tiene a su alrededor cualificadas y acertadas asesorías.

Luis Alberto, ya algo hiciste bien, cómo olvidar los 500 logros que en tu rendición de cuentas en tu primer gobierno mencionaste. ¡Sí que avanzó el departamento! y ahí está tu recompensa: cuatro años más. Y a ti, Mello Castro, tu don de gente, tu perseverancia, el trabajo incansable que adelantaste en las dos corporaciones que ocupaste y el cariño del pueblo, hoy te han dado una inmensa responsabilidad. Estos, son lucros que deben permanecer intactos durante sus administraciones. 

Mucho por decir y también por hacer, pero no me queda más que desearles ¡buen viento y buena mar! Hoy por hoy, tienen expectantes a miles de ciudadanos, que añoran que sus trabajos marquen el inicio de una década de inclusión social en la que se identifiquen y erradiquen las falencias que permean la función pública que ejercerán.

El llamado es a servir, sin egos, con benevolencia, pero con carácter y transparencia, sin dejar de ser ustedes.

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Nuris Pinto: