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El Cesar: ¿un productor de alimentos a escala internacional?

Había 540.000 hectáreas (ha) de bosque seco tropical en el año 1975. 700.000 en ganadería. Estos datos y los siguientes  los tomamos de la exposición del director de Corpocesar, John Valle , en el reciente foro de EL PILÓN ‘Hablemos del Árbol’.

Después, en 1985,  había bajado el bosque seco tropical a 260.000 ha en parte por el algodón y otros cultivos, también la ganadería, que generaron la llamada “buldoceada o civilización de tierras”. Existían 1.400.000 ha,  en ese año, dedicadas a la ganadería.

En EL PILÓN identificamos que el auge del agro desde 1.975 hasta 1.990, antes de la famosa ‘apertura’ del gobierno Gaviria, fue una gran dinámica  de siembra de algodón, granos, arroz, ganadería (mandando reses en pie o en canal hacia Venezuela),  y las primeras de palma.  La ‘época dorada’ de la explosión del agro del Cesar, en todas sus facetas, que tuvo su inicio y auge algodonero en los años sesentas.

Entre 1.975 y 1.985 se afectaron 20.000 hectáreas en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Serranía de Perijá para sembrar la ‘marimba’.

Hoy a 2020, tenemos 240.000 ha de bosque seco tropical y 1.100.000 dedicadas a la ganadería.

Se pasó de 2,2 millones de cabezas de ganado en 1.975; 2.000.000 en 1982 y hoy tenemos 1.5 millones.

Concluyó, en la presentación de datos,  Corpocesar con que se había entregado a las empresas de carbón, en concesiones de explotación y explotación mineras,  80.000 hectáreas, aunque se han intervenido propiamente afectándolas directamente  7.000  de ellas.

Todo ello muestra las condiciones del departamento para el desarrollo de unas nuevas condiciones agropecuarias y ambientales.

Hay 100.000 hectáreas de palma sembradas a lo largo del departamento y es un tipo de plantación demandante de bastante volumen de agua. Por eso se ha suscrito un convenio entre la Gobernación y la Federación de Palmeros, Fedepalma y su centro de desarrollo tecnológico Cenipalma para ahorrar agua y hacer más sostenible su cultivo.

Un aspecto de este escenario es la oportunidad, que no es un desafío nuevo, de aprovechar el potencial de tierras del departamento, y su localización de gran corredor de transporte (corredor férreo, fluvial, y carretero con la Ruta del Sol) y cercanía a puertos para convertirse en un productor de alimentos a escala internacional.

En ese propósito  también hay que dar mayor valor agregado a la producción agropecuaria.

Hay que implementar el Plan de Desarrollo del sector que se formuló por el gobierno departamental de Ovalle Angarita bajo la secretaría de Carlos Eduardo Campo.

Han sido obstáculos para el Cesar: la violencia, que bajó mucho en los últimos 6 años, por la fuerza pública y el cumplimiento de los acuerdos con las FARC, la  falta de una promoción profesional nacional e internacional del potencial de nuestras tierras (eso vale dinero que se multiplica),  y un mercado dinámico de tierras que las coloque en unos valores competitivos para que inversiones nacionales y extranjeras no prefieran la zona interior de los llanos, a pesar de estar alejadas de las fronteras y el mar.

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