Por: Rodrigo López Barros.
Según la revista Semana, edición No. 1488, noviembre 8 a 15 del año en curso, sección vida moderna, salud, un grupo de científico británicos llegó a la conclusión de que el alcohol es la droga más dañina de todas cuantas existen, más que la heroína, que el crack o la cocaína, con consecuencias altamente nocivas para la persona en sí, la familia en particular y la sociedad en general.
Qué pocos tragos resultan saludables, pero desastroso su abuso. Por tanto, la dificultad de la receta radica en la naturaleza del ser humano. Unas personas no abusan, pero otras sí y hasta mucho. Cuantas desavenencias y desgracias humanas acontecen por su consumo desbordado. Esto es evidente en el mundo entero, y lo lamentamos, pero lo sentimos y desafortunadamente lo sufrimos particularmente en Colombia, más específicamente en Valledupar, por cuya causa, entre otras nefandas, el desorden social ha estado creciendo a una rata sorprendente.
En el país ya se nos conoce como Valle de Old Parr, más que como Valle de Upar. A la corta esto es un chiste, pero a la larga es perjudicial. Entre otros efectos perversos, en no pocos casos, las amistades entre vecinos se quebrantan por cuenta de la euforia etílica, traducida en gritos y altos volúmenes de los aparatos musicales
Ahora, casi nada en la vida es malo para el hombre mientras esté alerta a cómo debe obrar o dejar de hacerlo.
El tema viene apropósito del debate público en Estados Unidos acerca de la legalización o no del consumo de la marihuana, asunto votado ya negativamente, enhorabuena, pues si bien es de las drogas menos dañinas, su uso, como es natural, fácilmente puede abrir el apetito hacía las otras.
Ocurre algo así como cuando entre nosotros se aceptaba la “dosis personal” de la cocaína, como una conducta permitida en virtud de la tesis desafortunada de “desarrollo de la libre personalidad”. Pamplinas. Pues el verdadero desarrollo de la personalidad consiste, entre otras, en no sucumbir a esas tentaciones, ni a las semejantes, que casi siempre conducen a la perdición, precisamente, de la personalidad.
El artículo en mención destaca principalmente los siguientes señalamientos nocivos del alcohol.
“El alcohol es la sustancia más consumida en el mundo y es entendible que sea la causante del mayor número de daños.
“Mientras algunas drogas tienen un blanco especifico, el trago afecta el sistema nervioso, respiratorio, linfático, muscular y digestivo.
“Desde que nacemos estamos acostumbrados a celebrar todo con alcohol, y por eso sus efectos son más comunes y visibles que las otras drogas. Tenemos una cultura alcohólica, y para muchos el plan es pegarse una borrachera.
Lo que está ocurriendo es altamente preocupante: “qué el licor ocupa el primer puesto en el listado se debe más a sus consecuencias en el entorno social que a los daños directos en quien los consume. El principal factor es el deterioro de las relaciones familiares, un tema confirmado en Colombia por las cifras (las negrillas son mías). En 2008 de los 52.664 casos de maltrato a la pareja, 5.916 lo fueron por alcoholismo, mientras que 578 por drogadicción. También lidera su impacto en las lesiones a terceros, como los accidentes de tránsito. En 2009 murieron 175 personas y hubo 1.815 lesionados por esta causa. En lo corrido del 2010, 1.171 accidentes en los que participaron personas alicoradas.
“Por último, de las 20 drogas se determinó que el licor es el que mayores costos económicos produce, teniendo en cuenta los gastos de atención en salud, los servicios de policía y prisión, así como la pérdida de productividad o ausentismo en el trabajo”.
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