Según el ‘Acuerdo por lo Superior 2034: propuesta de Política Pública para la excelencia de la educación superior (ES) en Colombia”, presentada por el Consejo Nacional de Educación Superior (CESU)el pasado 4 de agosto, este sector en Colombia deberá ser uno de los pilares básicos para la construcción de una sociedad en paz con justicia, cultura, democracia, inclusión, prosperidad y competitividad. El documento contiene 10 apuestas, estructuradas en 136 lineamientos, encaminados a proyectar el sistema de ES a largo plazo, con el objetivo de generar las mismas oportunidades de acceso a los ciudadanos y ser flexible, incluyente, con calidad y soportado en una institucionalidad que garantice la armonía del sistema, su coherencia, sostenibilidad, organización y control. La primera apuesta es la exigencia de que la ES sea un derecho de todo grupo poblacional, lo cual incorpora procesos como el acceso al estudio de todo interesado y el reconocimiento a la diversidad. La segunda, parte de reconocer que a pesar del esfuerzo por tener un Sistema de Aseguramiento de la Calidad, existen retos entre los que se destaca la necesidad de que las instituciones adopten prácticas de mejoramiento continuo e incorporen criterios de internacionalización a su autoevaluación. Así mismo, que se avance en calidad desde preescolar hasta la ES y que existan capacidades y responsabilidades de los entes territoriales. En cuanto a la dimensión de ciencia, tecnología e innovación propone estrategias para darle forma al sistema nacional, articulando la ES a los demás actores y definiendo los instrumentos y la institucionalidad para la regionalización. Según el CESU, la educación superior fundamenta su misión formativa y su compromiso con la sociedad, en tanto genera, transmite, crea y retroalimenta conocimiento en distintos campos del saber y desde distintas perspectivas. En consecuencia, se proponen lineamientos como la conformación de una unidad del MEN que gestione y oriente los temas de CT+I. Frente a problemáticas de inflexibilidad, insuficiencia e inequidad regional en el sistema de financiación de la ES, se resalta la importancia de que el Estado haga una mayor inversión, genere otras fuentes fijas de destinación específica, fortalezca los apoyos estudiantiles y defina el tema de regalías como una política complementaria de financiación en proyectos estratégicos. Las demás apuestas se refieren a regionalización, articulación de la educación media con la superior, formación para el trabajo, desarrollo humano, comunidad universitaria, bienestar, nuevas modalidades educativas, internacionalización y estructura y gobernanza del sistema. A pesar de que no hace mucho eco del clamor estudiantil por una ES gratuita, el documento del CESU es una propuesta interesante para el desarrollo de una Política Pública de ES en los próximos 20 años.
Por Raúl Bermúdez Márquez
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