X

Dejar hacer, dejar pasar: Valledupar insólita

Varias cosas a destacar en lo insólita que se ha vuelto para vivir nuestro querido terruño: primero destacar que producto de la inseguridad y la zozobra que nos cobija, el tema de los atracos, asaltos a las viviendas y locales comerciales y asesinatos en sus diferentes estilos, ha llevado a que gente de bien levanten  una voz de auxilio para pedir  que se conformen grupos de “limpieza para Valledupar”, con el fin de acabar con la plaga que tiene intimidada la comunidad. Hace unos años, el recordado concejal ‘El Mocho’ Hinojosa expresó en algún momento que “la paz se consigue con plomo”, ahí fue troya, nos persignamos y más de uno le cayó al concejal por estas afirmaciones.

Hoy nos seguimos preguntando ¿será que lo único que  arregla esto es el balín? En algún momento pensamos que ésta es la solución, pero hasta dónde la violencia contra la violencia puede ser la panacea al cruel problema de inseguridad y angustia que nos cobija; si venimos de trances crueles de paramilitarismo y guerrilla, manejado por familias prestantes en la región. ¿Qué siga la guerra? ¿Es que acaso no estamos saturados de muertes y de la violencia en todos los sectores y niveles? yo creo que sí; estamos hartos de esta vaina y este tiempo aciago que como oscuro nubarrón nos cobija, ya nos tiene mamaos.

Seguimos: en la institucionalidad debemos creer; es el deber ser, aunque nos cueste hacerlo por temas de corrupción y demás, por ver como avivatos congresistas, gobernadores, diputados alcaldes y concejales crean que estos espacios son para enriquecerse, hay empleados de instituciones públicas que se hacen nombrar, por compromisos políticos, con el único fin de llenarse los bolsillos, plata fácil. Sacan cuentas de lo que les cuesta el abogado, el tiempo de cárcel y lo hacen sin resquemores. El problema y es obvio, es que en Valledupar no se cree en la institucionalidad y creo que más allá de la frontera de lo local, la incredulidad es general; pero esto en época de política se nos olvida; tema de conciencia individual. Vemos periodistas en guerra constante con la administración local y departamental, algunos por ideologías de estómago, otros por ética y criterio natural, juzgando a las autoridades de control y fiscalización que dejan hacer, dejan pasar… y no pasa nada.

Valledupar es foco de foráneos, nacionales e internacionales. Esto está lleno de gente buena y mala; venezolanos y no venezolanos que se han encontrado en esta tierra con una permisividad justa a sus necesidades, buenas o malas. Los buenos llegan y encuentran las puertas abiertas de una ciudad con múltiples problemas sociales pero con un corazón generoso; y los malos la permisividad de las autoridades que ven como los problemas se multiplican y solo se dedican a quitar motos. Ahí está el negocio. Y ellos, los malos, robando y matando. Por último, pensaría que es mejor la prudencia al levantar la voz para que se conformen grupos de limpieza  en Valledupar, esto dejémoslo para Interaseo que haga este trabajo pues bien sucia si está Valledupar. Sólo Eso.

Por Eduardo Santos Ortega Vergara

Categories: Columnista
Eduardo Santos Ortega Vergara: