“Pero David halló fortaleza en el Señor, su Dios, y dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Te ruego que me acerques el efod. Abiatar acercó el efod a David y David consultó al Señor” 1Samuel 30,6-7.
Con esta historia bíblica, quiero llamar su atención sobre nuestras reacciones de cara a las crisis:
David había salido a pelear junto a los filisteos, pueblo históricamente enemigo de Israel, con el cual se vio obligado a morar luego de sufrir años de persecución por parte de Saul, rey de Israel. Los filisteos lo habían tratado con benevolencia y hasta le habían asignado una ciudad, sin embargo, al momento de combatir contra sus enemigos israelitas, desconfiaron de David, lo licenciaron de la batalla y lo mandaron a casa.
Mientras David estaba lejos de casa, los amalecitas invadieron la región y saquearon su pueblo Siclag, llevándose cautivos a mujeres y niños. Cuando los guerreros regresaron a casa, encontraron un cuadro verdaderamente desolador: la ciudad quemada, destruida y sus familias llevadas cautivas. Esto produjo en todos amargura y dolor, a tal punto que, hicieron responsable a David y hablaban de apedrear a David.
Amados amigos: En situaciones de crisis siempre afloran en nosotros las reacciones más diversas. Nos lamentamos por lo que ocurre. Nos preocupamos por el futuro y sus posibles consecuencias. Cuestionamos los pasos que nos llevaron a la crisis. Nos enojamos con los que están más cerca de nosotros. Buscamos responsables a quienes echarle la culpa. Nos apresuramos a tomar decisiones imprudentes. Como todo, estas cosas rara vez contribuyen a una solución.
Resulta edificante observar el comportamiento de David en esta grave crisis que le tocó enfrentar. En primer lugar, notemos la reacción instintiva de un hombre acostumbrado a caminar con Dios: Halló fortaleza en el Señor, su Dios. En tiempos de crisis como la que estamos viviendo, debemos acercarnos a la única persona que puede darnos la correcta perspectiva de las cosas, infundiendo paz, equilibrio y tranquilidad en medio de la tormenta. La fortaleza para enfrentar las crisis y situaciones de la vida está en el Señor. ¡Debemos buscarle!
Luego, habiendo estabilizado sus emociones y fortalecido su espíritu, llamó al sacerdote para buscar de parte de Dios, una palabra específica para esa grave crisis; sabiendo que, era de capital importancia recibir las instrucciones del que verdaderamente controla todas las cosas: David consultó al Señor. El resultado final es que fue fortalecido y recibió la estrategia para recuperar todo lo perdido y obtener una gran victoria.
En medio de la crisis del Coronavirus, los animo a pensar en cuales son nuestras reacciones o conductas que pueden contribuir a empeorar el problema. ¿Qué podemos hacer para ser parte de la solución y no del problema? Hago oración para que Dios nos de sabiduría para manejarnos en tiempos de crisis.
Corolario: Busca fortaleza en Dios, sensibiliza tus oídos espirituales para escuchar y obedecer las instrucciones del Señor. ¡El éxito depende de nuestra obediencia!
En estos tiempos de crisis… ¡un abrazo solidario!