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Crónica de una adición anunciada

Centro Cultural de la Música Vallenata. Joaquín Ramírez.

La cantada adición al monstruo que llamaron Centro Cultural de la Música Vallenata ya se solicitó y se hizo justo al inicio de Semana Santa, como quien no quiere la cosa, como al descuido… Pero, es necesario que la opinión pública conozca con precisión qué es lo que están haciendo allí, por qué lo están haciendo y las consecuencias de lo que piensan hacer.

Esta caprichosa construcción nace del aparente clamor de la ciudadanía del Cesar porque nuestro folclor necesitaba una casa propia. Y como todo lo de esta casa de gobierno, ni más faltaba, debía ser faraónica, de modo que la construcción empezó el día julio 12 de 2021 con un presupuesto de $138.817.668.949 con un plazo de 22 meses (aunque ya todos sabíamos que ese no iba a ser el valor final y mucho menos el plazo real).

Pero como ese dinero, a pesar de que la Casa de Gobierno considere lo contrario, no es de ellos; no se puede hacer una inversión pública y menos de esa magnitud, sin planificarla, es decir, sin hacer un Estudio Previo que arroje un mínimo de certeza acerca de su pertinencia, viabilidad, sostenimiento y costos. En otras palabras; ese estudio debe prevenir las sorpresas desagradables.

El estudio previo de esta construcción está basado en supuestos, esperanzas y especulaciones románticas, no hay ningún soporte matemático, no hay un diagnóstico, no hay un plan de sostenibilidad.
Nada hay en ese estudio que explique directa o indirectamente, de qué manera esa mole no se va a convertir en un elefante que habrá que alimentar con nuestros impuestos porque si no es con la inyección permanente de recursos públicos, la bestia morirá.

LAS PRÓRROGAS

Antes de iniciar, aclararemos que una prórroga no implica necesariamente adición presupuestal y las de este contrato hasta ahora han sido exclusivamente en el tiempo. Ya el 17 de febrero de 2023 Esther Mendoza, secretaria de Infraestructura Departamental, se ocupó de estudiar la conveniencia y oportunidad de la primera prórroga solicitada. La piden por seis meses explicando que, causas exógenas conllevaron a la importación del acero, elemento que ocupa el 40 % del peso financiero total del presupuesto de la obra.

Argumentan que era inevitable importar el acero porque en el país simplemente, no había debido “a las consecuencias de la emergencia sanitaria del COVID 19“. Además, “(…) dificultades de transporte, la crisis de contenedores postpandemia y la guerra entre las naciones de Rusia y Ucrania…”. ¡Por el amor de Dios! Esto debe ser un chiste muy mal contado. Esas no son circunstancias exógenas, son circunstancias exóticas.

Luis Alberto Monsalvo se posesionó en plena pandemia. La resolución 385 en la que el Ministerio de Salud declara la emergencia sanitaria en todo el territorio nacional es de marzo de 2020, y el contrato es de mayo de 2021, y la solicitud de prórroga es de 2023.

¿Es decir, que solo entonces cayeron en cuenta de que estábamos en pandemia? ¿Se demoraron dos años para comprender que el acero que, en sus propios términos, pesaba el 40 % del presupuesto no estaba en el país?

Eso no es serio, y mucho menos poner como argumento para modificar un contrato en un país tercermundista y en una gobernación de provincia ¡una guerra entre Rusia y Ucrania! Se pasan, de verdad… Pero se la concedieron por 4,5 meses y pasó de 22 a 26,5 meses.

Sin embargo, el 18 de septiembre de 2023 presentan una segunda solicitud de prórroga, esta vez porque entre otras cosas “(…) buscando mayores ingresos que garanticen la sostenibilidad del Centro Cultural”.
¡Et voila! Además, consignan que “(…) se decidió habilitar un área del tercer piso para la construcción del museo de cera…”. Un momento… ¿Cuándo se decidió ese museo de cera? ¿En el Estudio Previo? ¿En la primera prórroga? ¿En la segunda? O esto fue un capricho a última hora o fue una improvisación más, pero de planeación nada.

Eso del Museo de Cera además nos devuelve al inicio, porque deja en evidencia que la sostenibilidad de esa mole nunca había pasado por la cabeza ni de quien ordenó el gasto ni de quien firmó el contrato.
Y atención, porque nadie ha dicho tigre, pero las rayas están bastante pintadas. Hasta aquí nadie ha hablado de dinero sino de tiempo; pero no hace falta ser ningún experto para inferir que en el fondo el pensamiento era: esto va a costar más…

Y dónennos un minuto, que no tenemos tiempo: viene la tercera prórroga. Y dice: “(…) de manera respetuosa le solicitamos celeridad en dicho trámite, cabe resaltar que, sin la aprobación de estos, nuestra empresa no podrá continuar con la ejecución del proyecto”.

JAQUE AL REY

Los lectores deben saber que esta tercera solicitud de prórroga llevaba tácita la solicitud de dinero; no lo menciona directamente, pero dice textualmente “(…) para que la entidad revisara y aprobara los recursos para la terminación del proyecto y la inclusión de las nuevas cantidades de obra”. Nuevas cantidades de obra traduce adición presupuestal.

Está claro que las palabras se las lleva el viento y lo escrito, escrito está. Esto no es menos que la preconstitución de la prueba. Ya han dicho que, sin esto no se comprometen a terminar la obra, y hay que dejar muy claro que aunque en el momento en el que escribimos este análisis no hay nueva solicitud de prórroga ni adición presupuestal publicados, los tiempos ya están vencidos; de hecho, el martes de Semana Santa se vencieron y por eso, convenientemente, se filtró a los medios y EL PILÓN, en primicia, lo hizo público en sus redes el 26 de marzo, que había una nueva solicitud y esta vez, aunque está implícito no lo dice, ya no es de tiempo sino de presupuesto. De anotar que justamente ese día se venció la tercera prórroga.

Centro Cultural de la Música Vallenata.  Joaquín Ramírez.

LA SOLICITUD DE ADICIÓN PRESUPUESTAL

Sin curvas: eso ya tiene que estar listo. O lo está o el contratista que cantó el jaque ya incurrió en incumplimiento del contrato. Si esa adición es solo un supuesto, hay que aplicarle pólizas al contratista que muy prudentemente advirtió que si no le aprobaban lo solicitado no podría cumplir, y como a la vista está que la prórroga ya venció y la construcción está lejos de terminar, lo que vamos a presenciar será la consumación de hechos cumplidos.

Eso va a salir a la luz pública sin remedio porque para que esa adición se dé, dentro de los términos de ley, debe contar con un Certificado de Disponibilidad Presupuestal y un Certificado de Registro Presupuestal (CDP y CRP) estos documentos deben tener fechas anteriores al vencimiento de la última prórroga, esto es, antes de marzo 26.

¿QUÉ SIGUE, QUÉ PUEDE SEGUIR?

A 33 meses del acta de inicio de un contrato pactado a 22, la regla de oro de la casa de gobierno comienza a cumplirse, pero esta vez con un tinte de karma: fue en Valledupar. Y aquí las cosas son un poquito diferentes. Los contratos de la Casa de Gobierno del Cesar rompen siempre con la lógica jurídica nacional, de manera que lo que en el resto del país es excepción, aquí es regla. Las adiciones tanto en tiempo como en dinero ponen en tela de juicio no solo al contratista sino también al que lo contrató. Estamos presenciando una catástrofe que se anunció hasta el cansancio.

Estábamos en plena pandemia. Muchas voces se elevaron para decirle al gobernador que esa obra era inconveniente en todos los sentidos: no quiso escuchar a nadie. El lote no pudo ser peormente elegido porque lo circundan clínicas, centros de diagnóstico especializados, centros médicos y el Hospital Rosario Pumarejo; es decir, población delicada de salud con un vecino parrandero en el barrio.

El hospital Rosario Pumarejo, nuestro hospital regional, estaba a punto de cerrar por su peor crisis financiera en la historia y nuestro Instituto de Rehabilitación y Educación Especial IDREEC (que una vez fue modelo nacional) ya estaba prácticamente inviable, y la Nación en emergencia de salud.
Y además estábamos con el peor indicador de empleo, tanto formal como informal; de modo que repensar la inversión era de la más elemental sindéresis. Todo indicaba la inconveniencia de ese capricho, pero la mole está ahí.

Los contratistas amenazan con que no la van a poder terminar y no se trata de eso. Mojada la mano se moja todo el brazo. Eso hay que terminarlo. Está en el corazón de la ciudad; ya nos costó demasiado y nos va a seguir costando, porque eso empezó en unos $140.000 millones, le van a adicionar el 50 % y va a alcanzar unos $210.000 millones y luego le van a inventar otros contratos para que termine costando más del triple de lo que costaba cuando solo era una idea en la Casa de Gobierno Monsalvo Gnecco; como en el CDT Pesquero, como con el estadio, y se esperan datos de otros municipios.

EL DESENLACE

La gobernadora Elvia Milena Sanjuán está en una situación que ningún político de carrera desearía, pero parece sentirse cómoda en tal circunstancia porque hasta el momento no se le ve una señal de preocupación, y debería…

Luis Alberto Monsalvo no es cualquier hijo de vecino, es nada menos que el ‘Bambino de Oro’ de la casa de gobierno y justamente en la misma semana en la que lo condena la Corte Suprema a casi 22 años de cárcel (Pensamos en la extraña coincidencia de los 22 meses del contrato prorrogado y los años de la condena), a estos contratistas se les da por exigir un aumento de 41.000 millones.

Eso no se hace a riesgo, esas son jugadas fríamente pensadas y no se sabe si fue por estrategia o por torpeza, pero lo hacen coincidir con tres cosas: vencimiento de la tercera prórroga, condena del exgobernador y comienzo de Semana Santa. ¿La gobernadora Elvia Milena Sanjuán sí es consciente de todo lo que estas tres coincidencias implican?

Si Luis Alberto Monsalvo con todo lo que significa tener ese nombre está condenado y preso; a pesar de todo el enorme peso político que conlleva ser el emblema del clan, ¿qué le espera a ella, que no solo no es de la familia, sino que fue el último recurso para enfrentar a dos mujeres con perfil como Claudia Margarita Zuleta y Katia Ospino?

Suponemos que es probable que la gobernadora tenga en mente presentar su carta de renuncia porque está muy claro que después de actuar administrativamente; de manera oficiosa los organismos de control, esto es, Fiscalía, Contraloría y Procuraduría, van a actuar también con relación a este contrato. Pero eso pensamos nosotros mientras hacemos este análisis.

Esta es la semana más interesante no solo porque se vencieron todos los plazos sino porque creer que los demás no piensan es el máximo error de los que se creen pensantes.

Por Carlos Andrés Añez y José Luis Bustos Reales

Categories: El Vallenato
Redacción El Pilón: