Para los agricultores del Cesar la llegada del último trimestre del año significa el inicio de la principal cosecha de café. Este año la pandemia cambiará muchas cosas, principalmente en materia laboral. Por eso la Federación Nacional de Cafeteros estableció unos protocolos de bioseguridad para el trabajo en las parcelas, fincas y haciendas productoras.
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Solamente en el Cesar, alrededor de 8.900 personas serán necesarias para recoger la cosecha que irá desde septiembre hasta finales de enero en las zonas más altas, según el Comité departamental.
En situaciones normales, la mano de obra llegaba principalmente del Magdalena y la zona centro del país. Pero este año, las limitaciones de traslado forzaron a que solo el 20 % de los contratados sean personas andariegas, es decir, aquellas que llegaban de otros departamentos y se instalaban en las cosechas del Cesar durante tres o cuatro meses.
Así, según las estimaciones, el 80 % de los trabajadores que ocuparán los cafeteros en la cadena de recolección y venta serían de los municipios locales.
“El estudio que realizó la Federación dice que, por ejemplo, los mototaxistas y las personas que trabajan en la informalidad, que por la pandemia quedaron desocupados, se irán a recoger café en los últimos meses. Este año se recogerá más que todo con personal dentro de cada municipio porque muchas personas están sin trabajo”, señaló Juan Camilo Villazón, representante del Comité Cesar Guajira y sur del Bolívar ante la Federación de Cafeteros.
PRODUCCIÓN
Se estima que cinco municipios traerán personal de afuera: Pueblo Bello, Codazzi, La Paz, Valledupar y La Jagua de Ibirico, los cuales también son los cinco mayores productores de café.
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Sin embargo, algunos productores y comercializadores señalan que hay incertidumbre porque la pandemia haría que muchos andariegos no viajen hasta el departamento.
“Hay mucha preocupación dentro de los fincarios por el tema de los protocolos y el tema de los recolectores de café. Algunos vienen de otra zona del país, entonces la preocupación es que esta vez no vengan por el tema de la pandemia. La mano de obra local no es suficiente para la demanda de personal que se necesita y la temporada de café ya está encima”, señaló Gabriel Naranjo, comerciante de café.
En un año sin precedentes, el desafío para los empresarios del campo será la contratación y movimiento de más de 8.900 personas durante los próximos cuatro meses, principalmente en Pueblo Bello, Codazzi y Valledupar, los mayores productores.
El protocolo del Comité Nacional marca que todos los trabajadores deberán realizar el lavado de manos después de entrar en contacto con superficies que hayan podido ser contaminadas por otra persona; además, se deberá mantener un distanciamiento de dos metros durante.
En el Cesar hay un promedio de 23.629 hectáreas de café sembradas en 19 municipios. Para este año las cifras del Comité marcan una producción de 16.5 millones de kilos de café en el departamento.
Con esa producción y un precio promedio de $9.300 el kilo, la cosecha estaría moviendo alrededor de $148.000 millones en el Cesar. “Este dinero queda principalmente dentro de los municipios productores de café, porque los campesinos pagan a los depósitos, consumen en los sitios de recreación, compran comida. Este año será diferente por la pandemia, pero el dinero quedará dentro de los municipios”, agregó Villazón.
Según los conocedores, en promedio, los productores contratan de 7 a 9 obreros por hectárea para sacar la cosecha. Por las complicaciones de la pandemia, los agricultores han iniciado campañas como crear grupos de WhatsApp para publicar y compartir la mano de obra disponible.
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“Creamos un grupo que se llama ‘Campesinos unidos’. Allí hay líderes de los 25 municipios del Cesar y lo hemos creado con el fin de mantener informados a los campesinos sobre, por ejemplo, la cosecha de café. Los dueños de finca podrán compartir su mano de obra, porque no nos podemos quedar de manos cruzadas”, señaló Julio Luquez, productor de café.
CAMBIAR LA TORTA
Según el Dane, el Producto Interno Bruto, PIB, del Cesar fue de $21.336 miles de millones de pesos para el 2018. Pese a la masiva generación de empleo, en datos generales, el valor agregado de la agricultura, ganadería es menor al 3,5 % en el departamento del Cesar, mientras que el valor agregado de la explotación de minas y canteras es mayor al 15 % y uno de los más altos del país.
Además de representar valor agregado, las minas aportan el 45 % del PIB departamental, el primer aportante, mientras que la agricultura quedó rezagada al octavo puesto con un 8,6 %, por debajo incluso de la construcción y el sector hotelero.
Con la crisis del carbón, es claro que debe transformarse la torta y aumentar la participación del agro, por ejemplo, con el fortalecimiento de sectores como el cafetero.
Dicho fortalecimiento empieza por mejores vías terciarias. Como ha reportado EL PILÓN, el mal estado de las vías rurales del Cesar representa cada año un factor de pérdidas económicas para los productores de café y todo el sector agropecuario.
“A diario uno escucha que el Gobierno nacional habla de vías 4G, que conectan con los grandes puertos, pero si no conectamos las vías terciarias con las vías secundarias y primarias, esas grandes autopistas serán una ayuda para las importaciones. Hay que apuntarle también a las vías terciarias que apoyan la producción local”, señaló Wilson Rincón, exalcalde de La Paz y productor de café.
Además de las vías terciarias, la industrialización es clave para el desarrollo del campo. El problema es que en el departamento la industrialización es poca y se evidencia en el poco valor agregado y la informalidad laboral en el sector rural. En esta materia saca la cara el sector palmero, el cual para 2018 representaba el 57,6 % de la actividad industrial del departamento, seguido del sector ganadero (28,2 %).
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El dominio de la palma de aceite en el campo del Cesar es claro. Cifras del Ministerio de Industria y Comercio y de Agricultura señalan que la palma de aceite representa el 56,8 % de los cultivos permanentes sembrados en el Cesar. El café ocupa el quinto lugar con un 3,4 %. Tal es el dominio de la palma que sola representa un porcentaje mayor al del ñame, platano, yuca, aguacate, cítricos y caña unidos.
Además de la diversificación del campo, el Cesar debe apostar por un aumento considerable en la participación del sector agrícola en las exportaciones. El desgastado sector minero aporta el 99,8 %, mientras que el sector agrícola no aportaba el 0,2 % de las exportaciones para 2018.
Por Deivis Caro