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Cifras que matan

Por: Luis Napoleón de Armas P.

Según la Agencia Nacional para la Pobreza Extrema, ANSPE, Valledupar tiene 11.500 familias en pobreza extrema, unas 80.000 personas, considerando que en una familia en ese nivel económico no baja de siete miembros; los niveles de fecundidad en este nivel económico siempre están por encima de la media; esto equivale a decir que el 20% de la población urbana de la ciudad vive en condiciones de pobreza extrema, conocida como miseria. Es una cifra intimidatoria. Según la misma agencia, en Colombia hay 7.4 millones de personas en miseria lo que arroja un margen porcentual del 16%, con cifras del 2012, a tres años de la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ODM, que establecen que Colombia deberá bajar la miseria del 20.4% al 8.8% solo si crece al 7% anual, en forma sostenida; por supuesto, esto no se cumplirá y mucho menos lo hará Valledupar que está por encima de la media nacional. Erradicar la pobreza es el reto de autoridades, economistas, sociólogos y sensores sociales de todo tipo. La pobreza tiene varias dimensiones: 1) los ingresos del hogar; 2) su capital educativo, y 3) las posibilidades de acceder al mercado laboral. El ingreso familiar mejora cunado hay empleo y la generación de empleo en esta ciudad es estática; el capital educativo es nulo, así que la oferta laboral se reduce a mano de obra no calificada que solo actividades como la construcción y faenas agropecuarias ordinarias podrían asumir, incluso, suponiendo que existiera una demanda laboral calificada. Por eso se dice que la pobreza tiende a reproducirse.

Entonces, ¿cómo salir de la pobreza? No es fácil pero no imposible; muchos países han dado pasos significativos en esta materia. Pero no se resuelve con asistencialismo que postra al hombre; esta modalidad de ayudas es demagógica y solo hace sacar recursos de un bolsillo y pasarlos para el otro; el presupuesto estatal no es elástico. ¿Cuánto dinero no es extraído de la salud y la educación para transferirlo a los programas de Familias en Acción? Tampoco se hace con un carrito de peros calientes al estilo de Laura Bossio en el Perú. La verdad es que a esta ciudad la está salvando la informalidad. Pero para una solución definitiva lo que se necesita es el diseño sincero de políticas serias que viabilicen ese objetivo. La autoconstrucción de pavimentos, como en una época se ensayó aquí, ofrece muchos puestos de trabajo; eso lo puede hacer el municipio. Pero esta tarea no es solo función del Estado, el sector privado también debe contribuir. La miseria desencadena hechos sociales que son causales; el desempleo genera miseria y esta incita a la delincuencia, este es un problema de subsistencia. Por eso, este problema debe estar en la agenda del alcalde de la ciudad, con iniciativas audaces que involucren al sector privado. Para el caso concreto que nos ocupa, es necesario diseñar planes,  cuantificar cuántos recursos se deben movilizar, qué gestiones financieras se deben adelantar, cuales son las metas temporales. Creo que la Oficina Asesora de Planeación Municipal no tiene el personal necesario para presentar un plan social de esta envergadura, pero en el país hay expertos que lo saben hacer. Hay que concientizarse de que tenemos una bomba de tiempo que ya ha comenzado a despedir gases; los atracos indiscriminados y la inseguridad general, así lo indican. Manos a la obra señor alcalde.

nadarpe@gmail.com

 

 
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